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  • Nuevos parámetros del gobierno 2019-2014

     

    César Ramírez

    @caralvasalvador

    Después del 03FEB019 todo el mundo se pregunta: ¿sus ministros, la CICIES etc?. pero: esa no es la pregunta estratégica.

    La pregunta crucial es: ¿será un gobierno anti-oligárquico? ¿Antimperialista? ¿anti monopolio del mercado capitalista? ¿permitirá la movilidad social en la participación del mercado con nuevas empresas en comunicaciones, finanzas, tenencia de la tierra, industrias? La respuesta es no.

    Si las personas que votaron por el cambio de gobierno piensan que serán nuevos oligarcas se equivocan, si piensan que serán gerentes, directores de consorcios privados… sueñan como los fumadores de opio… el capitalismo es diferente a una elección electoral.

    El nuevo gobierno no será ni anti oligárquico, ni antimperialista, les guste o no, nada cambiará.

    Los nuevos nombramientos serán burócratas, serán empleados que cobrarán salarios de nuestros impuestos, personas atadas a las leyes nacionales, controlados por la CCR, vigilados por las entidades de transparencia e información, además por el ojo avizor de la denuncia ciudadana ¿podrán realizar algo diferente a las anteriores administraciones? Es posible, se merecen el privilegio de la duda.

    En la política exterior, esa que se entiende de gobierno a gobierno, muy diferente a la hermandad pueblo a pueblo, nos presenta algunos ejemplos: las declaraciones del presidente electo de El Salvador autodefinido como aliado a Estados Unidos, olvida que el Sr. Trump calificó a nuestra nación de “agujero de mierda” junto a Haití y las naciones africanas (12ENE018 John Cassidy The New Yorker), también a los mexicanos les discriminó como violadores, drogadictos y llevar crímenes a EEUU, (16JUN015 Univisión) en su discurso como precandidato (Sr. Trump)… en otras palabras aceptaremos toda decisión de Estados Unidos… En mi carácter ciudadano y del pueblo salvadoreño rechazo esa declaración y su desprecio a la cultura, democracia, soberanía y libre determinación de los pueblos, puesto que no podemos renunciar a nuestra dignidad de nación independiente.

    Si el nuevo gobierno logra formar una alianza de gobernabilidad, anti imperialista, anti oligárquica, anti terrorista, amplia participación de las fuerzas políticas junto a ciudadanos independientes, Ejército, fuerzas democráticas y socialdemócratas, entonces saludaremos su esfuerzo hacia una nueva nación.

    No obstante, al actuar en forma irresponsable, sin respeto a la Ley de Salarios, si se promueve una cacería de opositores promoviendo el despido de funcionarios públicos y no se provee la gobernabilidad por medio del diálogo, entonces la nueva administración será: “más de lo mismo”.

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  • Gobernabilidad y racionalidad pública en transición

     

    César Ramírez

    @caralvasalvador

    En la actual condición poselectoral, la nación solo posee un presidente constitucional que termina su mandato el primero de junio de 2019, art. 154 Cn. en consecuencia, el presidente electo en su calidad ciudadana puede configurar el esquema de gobierno que considere apropiado, pero sin Iniciativa de Ley tal como lo establece el art. 133 Cn. ello no implica que sus opiniones puedan ser secundadas por los diputados afines.

    En éste período de transición inter-administración-gubernamental, definamos la Gobernabilidad: aceptar las reglas del juego constitucional, independencia de poderes, etc. gestión económica entre los diversos sectores con una propuesta precisa sobre para el siguiente lustro, en mi opinión conformar un “Acuerdo de Nación” sobre la estabilidad económica y otros temas para construir confianza en los partidos políticos.

    No debe usarse en éste período la frase “a nombre del pueblo” como un arma difamatoria contra cualquier sector opositor privado, religioso, académicos, políticos, trabajadores etc. que se consideren afectados, ellos también son “pueblo”, por lo tanto, el criterio a “favor” o “en contra” podría considerarse como fallo de la inquisición, su resultado profundizará la desconfianza política.

    Racionalidad pública en general contiene elementos positivos y negativos. “La racionalidad pública con elementos positivos la observamos en los esfuerzos por la educación pública, salud, agricultura etc. En pocas palabras racionalidad pública refiere el “acuerdo” entre clase política para disminuir las desigualdades sociales. La racionalidad pública es un concepto que identifica el tipo intrumental e interaccional con el cual se adoptan las decisiones públicamente relevantes” -Democ y Periodi. Sep-2007 Colatino- . La racionalidad negativa es el bloqueo a proyectos sociales: no aprobación de presupuesto, negativa a construir carreteras, hospitales, recursos de inconstitucionalidad, sistema de pensiones deficiente, impago de la deuda externa -por causas electorales- etc. e incluso su omisión en la seguridad pública como la instrumentalización del tema de las estructuras terroristas.

    Es importante entonces considerar que gobernabilidad y racionalidad tiene límites y aproximaciones en los estamentos tradicionales: Iglesia, Ejército, Oligarquía y los externos: EEUU, integración económica mundial, Relaciones Internacionales, movimientos populares etc.

    Los elementos mencionados deben orientarnos como nación, de esa forma entendemos que la racionalidad pública deberá ser parte del presupuesto nacional y todos sus proyectos a mediano plazo, lo cual es más factible por un “Acuerdo de Nación” que elimine frases demagógicas, así gobernabilidad y racionalidad pública serán para todos sin exclusiones.

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  • ¿Gatopardismo salvadoreño? (después del 03FEB019)

     

     

     

    César Ramírez

    @caralvasalvador

    La victoria de Nayib Bukele sobre discursos tradicionales de los partidos mayoritarios ARENA y FMLN, recuerda: “que todo cambie para que todo siga igual”, su propuesta incluye la “tecnificación del Estado”, similar a la modernización del Estado neoliberal de los años noventa con la ola de la privatizaciones, ese criterio “capital” es el mismo del siglo XX y XXI en los regímenes anteriores, donde los gobierno autoritarios dictan sus lineamientos a las instituciones gubernamentales, con represión y reducción de los organismos ciudadanos (partidos políticos, sindicatos, asociaciones, Estado Policial etc.) el objetivo es imponer modelos norteamericanos o europeos, censurando por completo el desarrollo ciudadano político en esencia la democracia participativa e institucional; el esquema del gatopardo: positivismo extranjero con una alianza militar, oligárquica y eclesial, separa al pueblo de sus demandas tradicionales; ante ese bloque derechista los partidos políticos opositores del siglo pasado enarbolaron banderas: “anti oligárquicas y antimperialista”; la corrupción electoral originó la respuesta revolucionaria que no culminó en la victoria, sino en un Acuerdo de Paz que treinta años después se encuentra con una nueva derecha que gira hacia el viejo gatopardismo: la defensa del capitalismo salvaje.

    Las connotaciones generales del nuevo liderazgo parecen emerger del viejo estilo de los caudillos del siglo XIX y XX: autoritario, voluntarista, unipersonal, proclamando supremacía sobre las instituciones democráticas imponiendo su única verdad.

    Si bien ha muerto la guerra fría, acá persistió la difamación de Comunista-anticomunista, no obstante el acuerdo de paz de 1992 inició “la nueva legalidad”, que desarrolló potentes instituciones: Nuevo Ejército, PNC, TSE, Derechos Humanos, Reformas Constitucionales, pero existió un enorme abismo con el tema económico social, dejando intacto los monopolios financieros, industriales, comunicaciones, que debieron en su momento democratizarse permitiendo la movilidad social, pero los grupos oligárquicos vedaron el ascenso de la burguesía.

    El modelo oligárquico sigue intacto, el nuevo gobierno no pretende cambiar nada, anuncia inversión en infraestructura, establecimiento de un nuevo CICIES (Comisión Internacional contra la impunidad en El Salvador), un tema que toca aristas de la soberanía nacional, la independencia de instituciones (CCR, Asamblea Legislativa, CSJ, etc.), pero no lucha contra los monopolios, soberanía del agua, aumento al salario mínimo, igualdad de acceso a la educación, salud, elevación de calidad cívica democrática etc.

    Así el desarrollo ciudadano retornará a luchas populares. Mientras no se combatan los monopolios, oligopolios o se promueva la democracia económica no existirá movilidad social, todo será más de lo mismo.

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  • Después del 03FEB019, todo sigue igual

     

    César Ramírez         

    @caralvasalvador

    Bien ha ganado el tercer candidato Nayib Bukele ahora convertido en presidente electo de la nación, el pueblo ha expresado su voluntad y le otorga la oportunidad de conducir el destino de la República los siguientes cinco años.

    No obstante existen falsedades repetidas hasta la saciedad, por ejemplo: “rompe con el bipartidismo”, debemos comprender que esa categoría se aplica a naciones como Estados Unidos donde el partido republicano y el demócrata se alternan en el poder prácticamente desde su fundación, el motivo: “se necesitan grandes cantidades de dinero para las campañas y una enorme capacidad de organización”; en Argentina el Partido Justicialista y la Unión Cívica Radical durante el siglo XX; Colombia Partido Liberal y el Partido Conservador en épocas pasadas, ahora se intercambian con nuevas coaliciones y nominaciones; en Costa Rica el PLN y el PUSC hasta que el año 2000 cuando surge el modelo multipartidista; Honduras el bipartidismo fue centenario entre el Partido Liberal y el Partido Nacional… etc. en nuestra nación a partir del 1932 se instaura el autoritarismo, existen partidos políticos y elecciones fraudulentas que negaban la participación popular de ahí la guerra civil, después del acuerdo de paz en 1992, la “nueva legalidad” permite participar al FMLN y participan diferentes institutos en contiendas electorales, si efectivamente ARENA gobierna veinte años y el FMLN diez años, ello no significa una hegemonía absoluta dentro de Asamblea Legislativa, tampoco en los gobierno municipales, de ahí que denominar “bipartidismo” a éste período en comparación con cien años de otros sistemas es falso.

    “Perdió la oligarquía” ¿qué perdió? ¿el control de sus medios de producción? ¿la hegemonía en los medios de comunicación? ¿el control de comercios, industrias, exportación de capitales? ¿su representación legislativa? Cuando en realidad el partido GANA se autonombra “la nueva derecha” y es el instituto político legal que inscribió al ahora presidente electo, en conclusión, el capital está intacto, la oligarquía no ha perdido nada, quizás ha ganado un nuevo rostro para los siguientes años.

    Celebro la democracia y respeto la voluntad del pueblo en su expresión electoral, pero en profundidad presenciamos un triunfo de millonarios, lejos estamos de las movilizaciones cívicas contra la tiranía, el autoritarismo, la privatización del agua, la salud, las pensiones, la dignidad de los maestros, salarios para los trabajadores etc.

    Como dijo Giuseppe Tomadi di Lampedusa “que todo cambie para que todo siga igual”.

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