Caralvá
Día 7 (17 días para el 10 de mayo)
He visto la luna en cuarto creciente y no tiene el brillo de ayer. Sientes sed lunar, porque aquél instante apenas mutiló un cielo de abril, sin retorno, nunca más será ayer.
Despiertas rutilante de oscuridad, calzas tu traje deportivo, respiras cadencias de silencios porque los rezagos de sueño saltan a tu conciencia, momentos felices, viajes al mar, destellos de puertos con aves azules abrazando las olas.
Un paso y veloces vuelos de ágiles murciélagos bordean tu sombra, es madrugada pero ellos no necesitan de tus límites, rodean tu cuerpo y se van por las paredes.
Luego la penumbra cálida, tomas tus oraciones o cantos matinales y comienzas el ritual de la madrugada, doblas las historias, elevas tus notas, construyes el ritmo del calor a la mitad del frío, mientras tu cuerpo obedece cada tensión de voluntad, el calor de la vida te invade.
Luego la velocidad maquinal, el auto devora kilómetros sin distancias emocionales, solo laborales. La oficina te saluda.
El ordenador con su traje negro tiene grabado en su brazo la palabra DELL, es sobrio, estilizado con sus banderitas de marcas internacionales.
Aún conservo el sabor de la música del auto, el recorrido diario es casi de una hora, con tráfico en acechanza total, nada de tranquilidad.
Es correr para permanecer en el tiempo.
La rutina impone leer el Outlook
Correo electrónico: Libro descalificado
Estimado usuario/a
Queremos comunicarle que:
Hemos detectado un fraude en los votos recibidos por parte del libro "Zona Cero".
En consecuencia de ese fraude, hemos tomado la decisión de descalificar al autor de este libro, dándole de baja de nuestro concurso.
Esto no significa que usted como usuario este involucrado en el fraude, solamente es una información de cortesía para mantenerlo informado.
Saludos cordiales.
Otro más.
Lucía y Zona Cero el mismo antecedente, la misma pena.
Los abogados tienen la palabra.
“En defensa de los reprobados” tenemos poco, porque si un hacker colocó un sistema para esa obra, en pobre autor ni enterado, solo eso.
Se les agota el beneficio de la duda, porque supongo que quienes entregamos una novela, sin más, quienes nos atrevemos al derroche de colocar “on-line” una novela, es porque la desesperación de publicar invade nuestra psique. Es desesperación, casi suicidio literalmente, pero ¿Qué hacer? ¿De qué otra forma exponer una novela ante el mundo?. Si no es la desesperación es la leve esperanza de proponer al mundo una obra desinteresa y ofrecerla a los lectores (a), nada más.
Es desesperación pero sin fraude, no deseo la suerte de Lucía y Zona, porque en realidad de ser cierto, su sitio es otro lugar, ya saben donde, algunos pasan su vida en eso, pero terminan mal, muy mal como Madoff o Standford.
Vamos acá todos pedimos, pasamos el sombrero al final del “numerito”, hacemos el papelito ante un pequeño foro, nada más. Cuántos ilustres autores y creadores han recorrido este rito, no los se, pero conozco un par que recitaba en tabernas, regalaba poemas a las chicas guapas, cantaba sus composiciones al viento como las cigarras y las personas detenían su paso ante tales composiciones, brillantes por cierto. Ahora ya no escuchan los autos que interrumpen sus poemas, canciones o relatos, ahora escuchan la caja registradora, con saldos a favor.
Me veo en ellos, otorgando mi trabajo al mundo y el mundo ni enterado… igual, su consumo no le permite observar a los autores de la llanura, aún no tenemos el “perfomance” y el “glamour”, ni modo, nada impide la felicidad de inventar la mejor fantasías liberadora, en medio de la prisión capitalista en crisis.
Por la tarde me publican en mi periódico COLATINO..
Amigos escritores y escritoras, seamos felices hasta el 10 de mayo… aún podemos soñar, después lo intentaremos en otro concurso … cada uno a su ritual… éxitos.
Así, estimados lectores (a) les pido votar por mi novela: La primavera salvadoreña, recuerda
Gracias