César Ramírez
@caralvasalvador
Será una entelequia de gobernanza, con seguridad, educación, salud, sin migraciones, con la mayor inversión extranjera, hablaremos inglés, tendremos un ferrocarril de ultravelocidad, hospitales, medicinas, el fin de la historia y evidentemente sin lucha de clases, quizás ni necesitemos al Estado…
Un momento, permítanme un momento… en ese caso los tres poderes del Estado cantarán la misma canción, no existirán recursos de inconstitucionalidad, ni ley de amnistía, el ministerio de justicia funcionará persiguiendo todos los robos al Estado y los implicados devolverán el dinero del pueblo, no existirán diferencias en la Asamblea Legislativa; los millonarios pagarán impuestos, existirá el gravamen a las propiedades superiores a $500 mil (entonces ya no seremos igual a Cuba), posiblemente tendremos una nueva moneda metálica (el pipil equivalente a un dólar, como el balboa panameño), las pensiones serán aumentadas puesto que todos los préstamos internacionales serán aprobados, la deuda externa de siete mil millones de dólares se financiará con una administración de zonas estratégicas con un socio extranjero… maravilla de maravillas.
Para la entelequia gubernamental se necesita: eliminar los colores partidarios (pero es más fácil encontrar petróleo en Chalatenango), dejar de pensar en la siguiente elección (como si la vida fuera un voto, un partido, un curul, una secretaría estatal); realizar alianzas (para superar el voto calificado, mayoría simple o reformar la constitución para fundar una nueva nación que olvide y perdone los cincuenta años anteriores, con generosidad quizás todo el siglo XX, quizás para desembarcar en una nación de ensueño de primer mundo, ¡pero jamás salvadoreña!); eliminar la desconfianza política (similar al Jardín de Edén, donde lobos y corderos, leones y gacelas, tigres y ovejas compartan una vida vegetariana o budista con amor y paz sin conocer la muerte violenta, por cierto sin probar una sola manzana); ya no existirán pobres (porque reinará la movilidad social, la democracia económica, tendremos más ofertas de empleo para trabajadores y hasta necesitaremos mano de obra extranjera); con tanta identidad de primer mundo es muy probable que pidamos al anexión colonial de cualquier potencia extranjera, porque la Historia, Cultura, Antropología salvadoreña etc. no contribuyen en nada.
La realidad salvadoreña no son redes sociales, vivimos en un mundo hostil capitalista… la unidad nacional se logrará solucionando el problema de los descalzos: agua, servicios públicos, pensiones, etc. vivimos en la tierra y el hambre no es virtual.
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