Caralvá
La Paz Social es un tejido que se construye entre ciudadanos, la actual crisis económica puede ser un buen principio.
El llamado a una conjunción de voluntades por parte del Gobierno de la República es una afortunada iniciativa, de la cual ninguna institución política se declara en contra, porque nadie se opone a la búsqueda de soluciones a la difícil situación económica de la nación.
La Paz Social tiene ahora la palabra, La Paz Social no son normas de buena conducta, ni aspectos morales, la Paz Social es delegar funciones a las instituciones políticas en acciones cruciales para mediar en la crisis, es acreditar trabajos de responsabilidad en acciones concretas nacionales e internacionales para facilitar recursos que la nación requiera, pensando incluso en (re)formas de intercambio comercial no tradicionales, La Paz Social es la construcción de la confianza entre adversarios políticos porque eso elimina las diferencias ideológicas.
La Paz Social crea puentes con la oposición política y se necesitan por la transparencia, que cada día es más proclamada ante la severa contracción del poder adquisitivo de los trabajadores.
Es un bueno momento para escuchar y corregir el rumbo nacional, es hora de escuchar el clamor por las reformas, pactos sociales, cumplimiento de acuerdos internacionales, respeto a los derechos humanos, etc., una visión pragmática hacia el futuro, que al menos garantice suministros básicos para las poblaciones.
El respeto a la institucionalidad será la base fundamental de la Paz Social, de manera que sea impronunciable invocar la “seguridad nacional”, para destruir el estado democrático, tanto en las formas de alternabilidad política como en las reformas que propicien cambios en la estructura económica que generan pobreza.
Además La Paz Social para los ciudadanos es viajar tranquilo en el transporte colectivo, poseer integración económica, acceso a la educación, agua, vivienda, salud, pensión con honor, pero si los ciudadanos no tienen empleo, además existe un alto costo de los productos básicos y la gasolina, esta condición nunca puede ser Paz Social.
El reciente llamado a las fuerzas sociales es un buen principio para aglutinar voluntades ante la desaceleración económica, también es una buena señal para renunciar al nocivo hábito de la desconfianza política, creado por antiguas ideologías y acciones que ya no tienen validez histórica.
En un día memorial de las jornadas de trabajo podemos citar unas palabras de Andrei Gromiko: La paz, en sus múltiples condiciones, es una condición de eterna juventud en la búsqueda de la verdad, opuesta a la maldad y la opresión.
Paz Social
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La Paz Social en tiempos de crisis económica