Ok

By continuing your visit to this site, you accept the use of cookies. These ensure the smooth running of our services. Learn more.

juan xxiv

  • JUAN XXIV

     

     

    P1160257.JPG

    Intimissimun

     

     

     

    JUAN XXIV

     

     

     

    Caralvá

     

     

     

    Existirá un Papa que probablemente se llamará Juan XXIV y convocará el Concilio Vaticano III, con la proclama de una nueva espiritualidad para el Siglo XXI. En el siglo XIX se divulgó una espiritualidad para los obreros, en el siglo XX que cada nación expresara en su lengua la misa y además proclamas a los jóvenes para renovar la fe, no obstante con la llegada de la tecnología, el objetivismo, el capital, la ciencia absolutista se necesita una nueva lectura espiritual, se denomina el Aggiornamento, modernizar la fe en función de los tiempos.

     

    Lo malo de las profecías es su verificación en nuestra realidad finita,  de pronto leemos viejas leyendas transformadas en acciones visibles. ¿El mundo necesita al espíritu para salvarse?.  La respuesta es grosera en nuestra nación, donde la vida es mutilada a diario sin miseria.

     

    La derrota del espíritu no es nueva, comenzó hace siglos con el Renacimiento Europeo, el fin de muchos dogmas, la ciencia ha provocado una decadencia escalonada pero constante y sin retorno del espíritu, al menos en el sentido clásico, su reverso es el nuevo espíritu, en una consciencia global, sin olvidar las respuestas fundamentales del Ser.

     

    Cada hombre y cada mujer debe interrogarse si necesita su espíritu, esa condición que riñe con la inteligencia, pero que es tan difícil atrapar en la compresión humana, de ahí el Ser y el Ente, comprendidos como expresiones no tangibles pero significativos. En realidad es difícil ubicarse en ese sitio que tiene fronteras con la intimidad de la humanidad, pero es posible bajo el criterio de “parar” el diálogo infinito y ese diálogo no solo es religioso, sino también científico, objetivo, técnico, con lo cual confrontamos la vida, al menos la espiritual. Frente al Iphone, Ipad, Ipod, la Tableta se alza la superioridad del espíritu por la identidad individual versus la alienación de la multitud innominada con todos sus alias (nickname).

     

    Con pocos pensamientos y caemos en un plano que muchos pueden denominar razonamientos herejes, tanto para la ciencia como para las religiones, puesto que al final somos seres que luchan por sobrevivir en este planeta absurdo. Al llamado de algunos llegan los conceptos de Dios con sus cientos de denominaciones, en cada religión existe un criterio de superioridad, sobre este tema, todos tienen libros sagrados, ritos, un liderazgo ascendente y vertical, que desafortunadamente (des)califica a  las demás, esta calidad se impuso en guerras a lo  largo del historia, en nuestro siglo XXI, parece que la historia no será diferente.

     

    Existirá un Papa en la religión católica, que renunciará a muchos signos diferenciales considerados herejes en siglos pasados, pero transformará la vida espiritual de millones de personas, nada más revolucionario que el retorno a la vida simple de hace siglos pero con la plenitud libertaria de una sociedad espiritual y global. ¿Cómo vivir en este desierto urbano junto a millones de personas, todas con sed artificial por el poder, el dinero y la idolatría de toda la fantasía del consumo?. Un nuevo hombre o mujer espiritual, dedicará su vida a la búsqueda de la sabiduría, con sus necesidades básicas solucionadas, en paz. Un día Juan XXIV vivirá en una favela, o en el barrio marginal cuajado de pandillas, asumirá su destino junto a millones de marginados y proclamará humildemente su pasión por Dios (Innominado); Juan (XXIV) de las calles, caminará entonces,  ahogado en un mundo material y siniestro de vicios cibernéticos, descubrirá el universo del silencio en su silencio, detendrá al mundo y humildemente como muchos seres vivos, le acompañará la felicidad del encuentro silencioso, un mundo diferente proclamado en tantas historias sagradas y terrestres. www.cesarramirezcaralva.com