Caralvá
Después del 15 de marzo, “los excluidos se hicieron notar”, este podría ser el mejor mensaje de los salvadoreños al mundo, con todo y las irregularidades, el resultado favoreció el cambio.
Ahora que el momento de la discusión política ha pasado, tenemos una realidad pesimista por la crisis internacional, donde la ironía de la historia coloca a un nuevo gobierno con “mucho por hacer” en la naciente democracia salvadoreña.
La crisis famosa y terrorífica, acontece en el plano material, porque el trabajo es material y produce valor (dinero), pero el otro plano simbólico, su representatividad de valor esta intacta, quizás este plano no mencionado tiene otro parámetro de crisis, un poco más individual, en la conciencia de las personas.
En el primer caso de crisis de pérdida de empleos, inversiones etc., esas son las reglas aceptadas universalmente, no hay trabajo y por lo tanto no hay dinero; pero en el caso del simbolismo personal, el modelo aspiracional de cada persona no es aceptado fácilmente, porque es status social y si este tiene un final súbito, provoca mucho sufrimiento.
Ante estas circunstancias es necesario visualizar nuevos valores y nuevos modelos de integración, que nos permitan al menos las mínimas esperanzas ante la intemperie financiera.
Un clamor popular es: que la iniciativa privada y el gobierno (actual o en transición) impulse un acuerdo nacional por el empleo y la familia, en México se impulsan programas de esta naturaleza, que al menos han recorrido un camino que nosotros aún no iniciamos.
Son tiempos de austeridad y los precios de los insumos y servicios públicos deben ser tratados como verdaderos objetivos nacionales, por su carácter masivo.
En el fondo de esta discusión se encuentra el modelo económico, que en estos momentos provoca la crisis. El tema tiene tanta importancia y trascendencia que debe ser tratado por un consejo multisectorial en diversos foros, además el signo de la crisis y la reestructuración financiera internacional nos impondrán una nueva forma intercambios económicos.
Ha llegado el momento de incluir al sector de los trabajadores en discusiones estratégicas nacionales, la crisis impone un nuevo modelo incluyente para la clase trabajadora y la mejor forma de inclusión es buscar puntos de coincidencia en toda la gama laboral.
La inversión internacional es la fuerza que genera nuevos empleos y es un punto de encuentro: trabajadores, iniciativa privada y la administración gubernamental.
Los excluidos no son solo los desempleados, excluidos son todos aquellos ciudadanos de diferentes clases sociales, que no compartieron muchas decisiones políticas arbitrarias y discrecionales durante estos años, afortunadamente esa discusión ha terminado.
Comentarios
A ver si es verdad y despues de hacerse notar consiguen que lleguen los cambios, algo que es necesario en nuestra region. Sobre todo el tema de crear empleos, que la cosa esta muy mal, pero bueno, lo importante es que nos escucharon.