Caralvá
De sorprendente denuncia a justificación tardía, puede considerarse el manejo discrecional de $219 millones por la administración gubernamental anterior.
Esta situación es una muestra del divorcio de un partido político y la sociedad civil, condición preocupante porque demuestra la ausencia de control ciudadano y la correspondiente explicación periódica de los gobernantes a sus propios electores, por esta razón los gobernantes deben explicar periódicamente sus acciones y explicar a la nación sus acciones públicas, pero en El Salvador este evento no sucede, solo se denuncia cuando el daño esta hecho, cuando ya no existe ninguna oportunidad de corrección, excepto la recordación de esos eventos.
El aislamiento en el ejercicio del poder, ha permitido la sospecha ciudadano de grandes luchas internas en ese partido político, situación visible con la formación de grupos disidentes que refuerzan esta hipótesis y su escisión marca la frontera entre unos y otros.
Parece que todo termina en este punto, pero en profundidad el sistema democrático sufre una grave lesión, puesto que la corrupción también mata, puesto que se ha señalado que ministerios como Salud y Educación, fueron los principales afectados por estas acciones y nuestro sistema con este modelo de partido político provoca que los ciudadanos pierdan interés por las instituciones políticas.
El tema debe llamarnos a la reflexión por el uso discrecional de los fondos públicos y no deberíamos temer a ninguna reforma que intente frenar las acciones mencionadas.
Es muy lamentable que estas situaciones sean post-morten, con pocas oportunidades para reparar el daño ocasionado por todas la medicinas que no se compraron, las carreteras que dejaron de construirse, los puentes que no se repararon, etc.
El fenómeno descrito demuestra que el punto de equilibrio entre gobernantes: que explican con transparencia sus actos y los gobernados: que tienen derecho a la información, debe construirse; no es justo que la población se entere de estos eventos 5 años después y todo transcurra sin mayor novedad… por esta razón debemos construir un modelo de información que permita a los ciudadanos comunicarse con los delegados para el ejercicio del poder: gobierno, asamblea legislativa, alcaldes, funcionarios públicos, aunque por el momento esto casi es ciencia ficción.
Las reformas son necesarias y urgentes en estos temas.
Las reformas de nuestro sistema democrático nos permitirán prever y controlar estas aberraciones, a menos que se prefiera el colapso de nuestro sistema donde la discrecionalidad sin límite, acabe con toda la credibilidad de los institutos políticos, en especial de quienes observan estas acciones desde la naturalidad de su complicidad.
Es dramático el caso de nuestra nación, con tantos elementos agravantes sobre el pueblo trabajador y las urgencias gubernamentales para salir adelante de tanto desastre, dramático porque parece que las calamidades nos asaltan; un pequeño balance de los costos en nuestra infraestructura, así como el desarrollo humano quizás nos puede indicar que necesitamos más de un quinquenio para recuperarnos, por esta razón la bandera de la unidad nacional debe acompañarnos en estos momentos tan difíciles, que aún sin tanto desastre ya eran grandes desafíos, pero la unidad debe ser nuestra mejor divisa para salir adelante.
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Comentarios
Pues yo creo que esa respuesta no le va a gustar a mucha de la gente que ha protestado, ya lo vereis!