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1910-2010: Rubén Darío

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Caralvá

 

De Historia diplomática de la Revolución Mexicana I (1912 y 1917) y Wikipedia: “Rubén Darío en 1910, viajó a México como miembro de una delegación nicaragüense para conmemorar el centenario de la independencia del país azteca. Sin embargo, el gobierno nicaragüense cambió mientras se encontraba de viaje, y el dictador mexicano Porfirio Díaz se negó a recibir al escritor, actitud a lo que no fue ajena probablemente la diplomacia estadounidense. Sin embargo, Darío fue recibido triunfalmente por el pueblo mexicano, que se manifestó a favor del poeta y en contra de su gobierno. En su autobiografía, Darío relaciona estas protestas con la Revolución mexicana, entonces a punto de producirse: Por la primera vez, después de treinta y tres años de dominio absoluto, se apedreó la casa del viejo Cesáreo que había imperado. Y allí se vio, se puede decir, el primer relámpago de la revolución que trajera el destronamiento”.

El motivo del rechazo al insigne poeta fue el poema titulado: A Roosevelt, del cual es el siguiente fragmento:
Mas la América nuestra, que tenía poetas
desde los viejos tiempos de Netzahualcoyotl,
que ha guardado las huellas de los pies del gran Baco,
que el alfabeto pánico en un tiempo aprendió;
que consultó los astros, que conoció la Atlántida 
cuyo nombre nos llega resonando en Platón,
que desde los remotos momentos de su vida
vive de luz, de fuego, de perfume, de amor,
la América del grande Moctezuma, del Inca,
la América fragante de Cristóbal Colón,
la América católica, la América española,
la América en que dijo el noble Guatemoc:
«Yo no estoy en un lecho de rosas»; esa América 
que tiembla de huracanes y que vive de amor, 
hombres de ojos sajones y alma bárbara, vive.
Y sueña. Y ama, y vibra, y es la hija del Sol. 
Tened cuidado. ¡Vive la América española!
Hay mil cachorros sueltos del León Español.
Se necesitaría, Roosevelt, ser, por Dios mismo,
el Riflero terrible y el fuerte Cazador,
para poder tenernos en vuestras férreas garras.
Y, pues contáis con todo, falta una cosa: ¡Dios!

A cien años de ese acontecimiento, nuestra realidad latinoamericana resiente las graves intervenciones de la poderosa nación del norte durante el siglo pasado, todavía existen resabios y consecuencias en nuestra nación El Salvador de aquellas dolorosas intervenciones de consecuencias irreparables y aún se mantiene un bloqueo ilegal comercial contra Cuba, herencia de un pasado tenebroso.

No obstante en la primera década del Siglo XXI, con la excepción del nefasto golpe de Estado en Honduras, renovadores cambios de las democracias latinoamericanas hacen pensar que es posible construir un nuevo siglo de esperanzas y amistad en todo el continente americano.

www.cesarramirezcaralva.com

 

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