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Las comunicaciones del Siglo XXI

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Caralvá

 

 

 

Comunicar significa: compartir, conectar, hacer común, contagiar etc., modernizar las comunicaciones es uno de los desafío de este siglo, las comunicaciones son la punta de lanza de la nueva sociedad en construcción: carreteras, autopistas informáticas, gobierno digital, ciudadanía digital, alfabetización informática, conectividad en áreas rurales, nuevas leyes de comunicaciones, etc.

 

La demanda de servicios colectivos terrestres, aéreos, marítimos, ferroviarios, no solo deben adaptarse a la demanda urbana, sino también al futuro de la nación para los próximos años.

 

En otras ciudades el transporte colectivo por ejemplo, es una red de líneas ferroviarias que tejen áreas rurales, que parecen ir de lo simple a lo complejo pero con gran eficiencia, en esas naciones  existen pequeños trenes, tranvías eléctricos, trenes de mediana velocidad y finalmente “El Metro” sistemas subterráneos de alta velocidad. Acá nuestro transporte colectivo es limitado, no obstante muchas de nuestra infraestructura se puede modernizar, hacia niveles de mayor complejidad y eficiencia.

 

Las obras realizadas en el Bulevar del Ejército son un buen signo de los modelos que debieron implementarse hace muchos años, pero esta es nuestra realidad, cuando los cambios acontecen solo en el momento de  crisis, cuando colapsan los antiguos sistemas, cuando todo falla; la Historia demuestra que los cambios ocurren cuando ya no existe correspondencia entre las fuerzas productivas y los modelos de producción, en nuestro caso la demanda del transporte colectivo eficiente es de tal magnitud, que los trabajadores para llegar a su centro de producción deben acortar sus tiempos de descanso, adelantando la salida de sus casas varias horas para no sufrir penalidades en la empresa, así sucedió durante décadas, pero en los últimos años aún saliendo con anticipación, el tiempo era insuficiente. En proporción directa del transporte se encuentra el costo de la vida, un tema complejo donde el Estado es parte de la solución, como en otros tiempos una gran iniciativa social, requiere de una sociedad visionaria y plural, así al menos la modernización del transporte podría ir de la mano de la demanda laboral.

 

Quizás este solo es el principio de obras trascendentales, como aquella del 23 de diciembre de 1869 cuando el  Gobierno firmó un contrato con el ciudadano norteamericano Henry Billings, para colocar un telégrafo eléctrico entre el Puerto de La Libertad y la capital. Un 27 de abril de 1870 el Comandante del Puerto de La Libertad General Juan José Cañas recibió un mensaje histórico del presidente Francisco Dueñas, que anotó: “... expresa ver pronto en comunicaciones telegráficas a todas las poblaciones principales de El Salvador con la ayuda de sus compatriotas…” según lo refiere Jorge Vásquez Jerez en su libro: Historia de las telecomunicaciones en El Salvador”.

 

Si tenemos en consideración nuestra condición de realidad económica, el aislamiento de muchas poblaciones, la necesidad de desarrollar la zona costera con apoyo de Fomilenio II, este proceso de comunicaciones en infraestructura nos puede llevar años, pero de esta manera, así como un día se inició el telégrafo, un día la nación construirá modelos de transporte colectivo para millones de ciudadanos, de tal forma que el Estado con la ayuda de sus compatriotas, dejará un legado a las futuras generaciones.

 

www.cesarramirezcaralva.com

 

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