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Pandillas: ¿el nuevo enemigo interno?

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Caralvá

 

 

 

El tratamiento de fondo de las pandillas es el discurso de la violencia legal, históricamente la ejerce el poder organizado del Estado, la violencia legal reside en el Ejército y las organizaciones armadas, con funciones específicas de identificar al enemigo de la nación.

 

En el transcurso del tiempo aquél enemigo se transformó con la guerra fría en el enemigo interno, ese identificado de comunistas, que solo eran los opositores a los regímenes militares de turno, pero durante la guerra civil aquella condición cambió por presiones internacionales hacia un acuerdo de eliminar el lenguaje amigo-enemigo que configuró el Acuerdo de Paz. El uso de la violencia durante este largo período puede constatarse en las estadística de fallecidos, desaparecidos, huérfanos, lisiados etc., que dejó la guerra civil; todo el aparato del Estado ejerció su poder amparado en una legalidad constitucional y posteriormente en la Amnistía que aún causa una enorme división de opiniones.

 

Así en el panorama de aquella historia, la nación tiene el dilema del uso  de la violencia legal ante el fenómeno de las pandillas, estas organizaciones ejercen violencia ilegal contra el pueblo, las víctimas son trabajadores, transportistas, rivales, etc. los cuales usualmente están indefensos, su acción configura a un enemigo interno del siglo XXI, un oponente post-guerra fría, el tratamiento de este fenómeno es incierto; con seguridad los gobernantes no desean ser condenados internacionalmente por el uso de la violencia legal como en tiempo de la guerra civil, cuando el enemigo comunista era el blanco de bombardeos, secuestros, genocidios etc., no obstante en este momento aquellas fuerzas agresivas parecen desactivadas legalmente; el enemigo comunista estaba en las montañas, en los seminarios, en las universidades, en partidos políticos opositores.

 

Ahora la configuración del enemigo interno calificado de pandillas, está en las cárceles, en las zonas urbanas o marginales, con tecnología, organización y el poderoso recurso del narcotráfico; parece que nuestra nación es un laboratorio social en el uso de esa violencia legal e ilegal, las cuatro últimas administraciones tienen calificaciones de la represión, ahora vivimos una condición denominada: “Tregua entre pandillas”, significa un acuerdo entre grupos rivales, ¿cuál es la función del Estado?, ¿cuál será el tratamiento adecuado? Puesto que ningún gobernante desea ser condenado por genocidio, ni por crímenes contra la humanidad, parece estas organizaciones no responden a los valores tradicionales, sino a una contracultura del vicio, la extorción, el ilícito etc., en general el sistema de justicia es el que pasa el examen, pero también los límites de tolerancia de la sociedad.

 

Cuando las naciones tienen dos sistemas culturales opuestos, con: discurso, cognición y sociedad, la historia demuestra que el conflicto civil es inevitable, acontece el momento fundacional de la violencia, en ese momento no existen reglas humanitarias.

 

Esas consecuencias son las que se deben evitar. ¿Cómo derrotar a la violencia?

 

Los novedosos modelos de seguridad implementados en meses pasados por los destituidos generales en retiro, tenían resultados verificables, parecían romper el esquema tradicional, ahora las estadísticas fatídicas retornan encadenadas al dolor y sufrimiento, de nuevo el círculo de la violencia es el desafío a vencer, el mito de la sangre como primer recurso debe pasar al olvido, el mito de la violencia fundacional debe ser derrotado definitivamente por medios democráticos.

 

www.cesarramirezcaralva.com

 

 

 

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