Caralvá
Ellos decidieron cerrar ese maravilloso organismo que contiene la memoria del pueblo salvadoreños durante la década de los años ochentas y noventas, esa entidad que contiene los testimonios y la extraordinaria defensa de los derechos humanos, no podemos más que proclamar que la memoria del pueblo salvadoreño es patrimonio de la humanidad.
Existen en nuestra nación organismos que podrían “asilar” todo el acervo de la entidad que sin justificación alguna es clausurada en este momento, si esto aconteciera en otra nación la respuesta sería jurídica en la defensa del patrimonio cultural, quizás es el mejor momento de llamar al Vaticano y al Papa Francisco para recordar la historia, recordar a otra iglesia que defendió los Derechos Humanos del pueblo y de muchos sacerdotes, incluyendo la memoria del Consejo Superior Universitario de la UCA.
Cualquier persona que lea unos cuantos archivos comprenderá el valor que contienen, son más de cincuenta mil denuncias, con tres décadas de funcionamiento, cualquier persona que visitó ese sitio en aquellos años tan dolorosos, reconoce la única puerta abierta que defendía a los desprotegidos. El milagro de vida en aquellos testimonios, no puede ser obra humana, con relatos tan sorprendentes que ratifican la gran iniciativa de Monseñor Oscar Romero, Socorro Jurídico del Arzobispado salvó vidas, creo esperanzas, protegió a los pobres, mereció reconocimientos internacionales, ese es el fruto de la defensa de los Derechos Humanos.
De los trabajadores desempleados, el momento no puede ser más inoportuno en medio de la crisis mundial y el repentino cierre de su centro laboral, con tan pocas posibilidades y sin previo aviso, es una tragedia.
Es momento de recordar a Fray Francisco de Vitoria, que no solo creó el Derecho Internacional Moderno con énfasis pacifista y promovió los derechos de los americanos ((Burgos, España, 1483/1486-Salamanca, España 12 de agosto de 1546) y al notable Antonio de Montesinos fraile dominico que proclama la defensa de las etnias, denunció el abuso de los encomenderos en la Isla Española, su ejemplo causó la conversión de Fray Bartolomé de las Casas en la defensa de los pueblos originarios. ¿Acaso repetimos esa historia de la Junta de Valladolid 1550-1511? Cuando dos posiciones dentro de la Iglesia se enfrentan, la defensa de los derechos humanos representados por Bartolomé de las Casas y Juan Ginés de Sepúlveda apoyando la supremacía de los conquistadores… la historia ha demostrado quién tenía la razón. Esta situación parece tan vigente cinco siglos después. Parece que la historia se repite. Como dicen los latinos: “el olvido es el enemigo”… en nuestro caso perder esos archivos y la entidad es similar otras grandes conflagraciones de libros y memorias, como la quema de la Biblioteca de la Universidad de El Salvador en 1972, las censuras de los periódicos locales en 1932, la invisibilidad étnica y afrosalvadoreña a partir del martinato, es un mal mensaje para las futuras generaciones.
¿Se intenta acaso fundar una nueva historia sin la guerra civil?.
Por esta razón solicito un Asilo documental para los Archivos de Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador, pido ayuda para los trabajadores y sus familias, creo que la petición del pueblo salvadoreño puede llegar al Vaticano o cualquier entidad que preserve esos documentos tan valiosos. Suprimir los archivos es perder la vocación en Derechos Humanos de la nación.
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