César Ramírez
@caralvasalvador
Una sociedad más justa. Una sociedad solidaria. Es la mejor respuesta del presente.
La democracia fue sometida a una consulta institucional, donde por momentos creímos regresar al pasado con llamados: a la violencia, sedición, proclamas de fraudes, la justicia como testigo de pruebas históricas, la crispación de los “generales en retiro”, clamando por el retorno al autoritarismo etc… el momento electoral conjugó el pasado, presente y el futuro en ese momento estelar de consulta a la voluntad popular, existían varios tiempos simultáneos: “presente del pasado”, presente del presente” y “presente del futuro” como los enunciados de Aurelius Agustinus, aquella antigua y despreciada dialéctica griega, al final, la democracia sobrevive y con buena salud… la vida es un acto filosófico porque siempre estamos determinando nuestro destino en este momento. ¿Hacia dónde vamos?... la sencilla respuesta de una sociedad más justa, encierra un signo de esperanza y una realidad que soportamos como nación por la herencia histórica que nos atrapa; sabemos que venimos de un época colonial, con pueblos originarios olvidados, de guerras federales en una frustrada nación centroamericana, dinastías civiles, el autoritarismo rampante, la negación de los procesos electorales del siglo XX y una dolorosa guerra civil, eso lo conocemos, la historia tiene en cada uno pedazos de tiempo sin tiempo, porque es el presente de muchos. Nuestro presente a partir de la guerra civil es una construcción democrática, con veinte años de un gobierno conservador que tiene profundas huellas en la realidad nacional, a la vista la desigualdad de “oportunidades” y las diferencias con la movilidad social, con el lastre cultural de la exclusión como insignia política, porque muchos aún en su condición desamparada, postrados en sus límites laborales rinden culto histérico a la violencia profascista disfrazada de odio al comunismo… en realidad el comunismo no existe, ni tampoco el “socialismo del siglo XXI”, solo existe esta sociedad salvadoreña fragmentada artificialmente por la ideología que no sirve para alimentar a nadie, solo para movilizar pasiones, de tal forma que un nuevo Gobierno Justo, sin “viñetas” artificiales producto del marketing político, un “Buen Gobierno” podrá en la realidad orientarse hacia la eficiencia social y la gobernabilidad. Se imponen cambios de paradigmas en la sociedad salvadoreña, no es posible que en cada proceso electoral la “guerra fría” esté entre nosotros cuando ese concepto murió en 1989… ya es tiempo de salir del pasado. Una sociedad justa podrá profundizar en su historia, el pensamiento social, las libertades, los derechos, la defensa del trabajo, sus instituciones, la Cultura Democrática, conformando una estabilidad democrática “envidiable” como otras naciones… no todo corresponde al Estado, los ciudadanos debemos ser parte de esta realidad, participando con nuevas iniciativas.
Hacia dónde vamos como sociedad salvadoreña, es una pregunta compleja, pero en pocas palabras me parece que hacia una sociedad justa y solidaria, un camino posible del ideal que las mayorías desean.