César Ramírez
@caralvasalvador
El reciente llamado por la paz de nuestra nación desde el Vaticano con fecha 09 de agosto de 2015, evoca la proclama de Gandhi “La pobreza es la peor forma de violencia”, la cual arrastra no solo la diferencia material sino ese enjambre de exclusiones espirituales que nuestra sociedad acepta como “naturales”; observando la agresión terrorista de las bandas de criminales autodenominados “maras” sus objetivos no tienen en absoluto un solo llamado a la paz, al contrario pretenden imponer con sus asesinatos la esclavitud (extorsionista, los tributos del pirata, los impuestos del sicariato) a los trabajadores, por ello asesinan a: policías, soldados, estudiantes, choferes de autobuses en una saga interminable de terror, esa violencia pretende destruir nuestro modelo cultural y la República; pero están absolutamente equivocados, porque la historia demuestra que así como el fascismo, las tiranías o cualquier forma de opresión social destruye a los promotores de ese efecto perverso, esa maligna condición degradante del Ser Humano será derrotada. Algunos personeros del partido de pro-oligárquico no solo celebran la violencia que favorece sus intereses golpistas, sino que extorsionan al gobierno constitucional ahogando el financiamiento a los policías y soldados, propician una alianza estratégica entre el terrorismo y sus intereses políticos, puesto bloquean el proyecto de seguridad nacional perjudicando a los más pobres de la nación. Son golpistas de nuevo tipo, ese que intenta abolir la República y crear una nueva Constitución para regresar al pasado oligárquico… ese es el rostro del Partido Oligárquico neogolpista. La pobreza es la falta de educación, las drogas, la multiplicación del mal en el sistema carcelario ahogado por falta de recursos económico, pero el partido golpista niega desde la Asamblea sus votos para obtener recursos para el Estado, esa condición también es pobreza espiritual. Para solucionar nuestra pobreza necesitamos educar a los niños, así combatiremos la basura terrorista de las maras; la educación es nuestra esperanza, quizás la última. Hablar de educación también es ejecutar justicia, luchar contra el mal, defender lo nuestro ante el satanismo criminal que invoca el odio y desprecio contra nuestra religión cristiana, lo cual no puede solo resolverse por amor, también necesitamos la espada vengadora que defienda la paz. La educación necesita de la ayuda internacional, necesita solidaridad de las naciones y no del chantaje de algunos personeros neonazis representantes del pueblo alemán, también es posible que en El Salvador defendamos las fronteras de la nueva humanidad contra el crimen organizado, ese parásito que provoca el drama y la muerte del emigrante en los desiertos de México y Estados Unidos… El llamado del Papa Francisco es tan nuestro como la imagen de la Virgen María auxiliadora de los cristianos, que evoca de la misma manera la defensa de la familia desde las trincheras visibles en la sociedad salvadoreña… las sociedades cristianas también están llamadas a combatir al mal… se debe combatir la corrupción generadora de pobreza, el enemigo es el terrorismo, ese organismo no debe tener derechos, ni normas, ni tampoco ningún respeto a sus personas porque su accionar no es humano, no son seres racionales… no lo son al ejecutar a niños, mujeres, ancianos, estudiantes, policías, soldados sin defensa alguna, al menos el Papa Francisco entiende nuestro drama… otros celebran nuestra desgracia
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