César Ramírez
@caralvasalvador
En el artículo anterior “el futuro del nacionalismo barato”… de Trump, frase de Obama por cierto, tiene por objetivo aprender de la historia, así como en la Alemania nazi, los fanáticos voluntarios de esa ideología totalitaria, abrazaban principios de odio en terceras personas y justificaban sus acciones sin ningún cuestionamiento moral o ético, ahora se repiten esos voluntarios en otras naciones.
Conocemos esos modelos extremistas, el peligro de calificar a los adversarios bajo conceptos grotescos, deformando sus personalidades, inculpándolos de todo mal e incluso orientando a las multitudes a su asesinato, lo vivimos durante la guerra civil con el asesinato de Monseñor Romero, el Consejo Superior de la UCA, las matanzas de pueblos enteros en Chalatenango, Morazán, Guazapa, etc., acciones que solo conducen a la muerte de inocentes.
Cuando las redes sociales o medios de comunicación masiva orientan a las multitudes hacia el odio bajo los conceptos mencionados anteriormente, se genera una reacción opuesta del mismo nivel en otros grupos, en profundidad repetimos la guerra, aunque vivimos un período democrático; el canto de la guerra no abandona a estos seres extremistas que curiosamente durante el conflicto armado, no estuvieron ni un solo día en las líneas de combate.
Preocupa la disposición de los voluntarios nazis, los cuales negaban a los judíos su calidad humana, “no son humanos” proclamaban y sobre ellos caía todo el mal del mundo, toda la tragedia a ellos, todos los infortunios a ellos, las plagas a ellos… un infundio que recientemente se aplica a todos los emigrantes en Estados Unidos; los últimos acontecimientos en múltiples ciudades contra etnias, religiones o algunas naciones nos recuerdan una historia ya conocida. Una cita del libro: Los verdugos voluntarios de Hitler /Daniel Jonan Goldhagen – Santillana: México, 2005 ilustra: ¿Por qué tendría que haber actuado de otros modo (los voluntarios), puesto que concebían a los judíos como unos seres profundamente malignos? Cuando preguntaron a Erwing Grafmann, miembro del Batallón policial 101, por qué motivos él y los demás hombres no habían aceptado el ofrecimiento de su sargento antes de la primera matanza y pedido que les eximieran del pelotón de ejecución, respondió que “en aquellos momentos no lo pensamos dos veces”. A pesar del ofrecimiento, sencillamente ni a él ni a sus camaradas se les ocurrió aceptarlo. ¿Por qué no? Porque querían hacerlo”. Pág 354.
La caracterización maligna de una etnia, religión, clase social, opción política o una categoría de emigrante, es un llamado a la violencia, un signo que será interpretado como una orden a la acción del líder hacia los enemigos en su dominio, un ejemplo de ello (04DIC016) es un restaurante llamado Ping Pong en Washington DC, una pizzería con mesas de ping-pong la cual fue vinculada falsamente con la campaña de Hillary Clinton, en ese sitio un hombre armado con un fusil llegó, disparó y causó pánico entre los clientes.
Parece que la falsa noticia se repitió miles de veces durante la reciente campaña presidencial norteamericana, pero ahora es tarde para eliminarla de esos voluntarios extremistas que consideran que ejecutar la violencia no solo es necesaria sino justa. No obstante la Justicia norteamericana de las mayorías y su prudencia deben imponerse a los neonazis en esta hora de oscuridad para los Estados Unidos de América…
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