Construir un acuerdo económico 2017-2042
César Ramírez
@caralvasalvador
La máxima confrontación civil de nuestra nación finalizó con un Acuerdo de Paz, evidentemente a partir de Enero de 1992 se marcó el inicio de la nueva legalidad, condición que permitió la incorporación de las fuerzas populares a las instancias políticas, la tolerancia ideológica, ciertas formas de propiedad privada para militantes de izquierda, apertura de estudios o divulgación social antes proscritas, formas cooperativas, expansión de ONG, política de seguridad nacional, creación de la policía nacional civil, así como un nuevo ejército entre otros elementos trascendentales, pero fracasó en un acuerdo económico antimonopolios, libre mercado, democratización de la economía, acceso universal en telecomunicaciones. Muchos de los ciudadanos participantes en ese evento, ingresaron a una forma de capitalismo individual; la Universidad Nacional facilitó estudios a nuevos estudiantes, mientras otros actualizaron su hoja de vida con títulos académicos, la etapa de la novedosa legalidad significó el retorno y repoblación de los antiguos pueblos abandonados, la cooperación internacional favoreció muchas regiones, pero después de décadas de conflicto no era extraño que la reinserción capitalista se convirtiera en un largo camino sin esperanzas, debido a que cada quién debía ganarse el pan con un trabajo mercantil, lo cual no era nada fácil, entonces aconteció que los espacios eran limitados a ONG, instancias privadas modestas, empleos no tradicionales, pequeñas empresas, participación activista en eventos electorales, opciones en instituciones parlamentarias con oportunidades mínimas… integrarse al modelo capitalista no era una autopista fácil, sino un camino rural empedrado y sinuoso aún en construcción. Transcurrieron veinte años de gobiernos derechistas para poseer opción de izquierdas en la conducción del auto gubernamental en las autopistas económicas, mientras tanto la izquierda sufrió graves fragmentaciones, a la inversa de la derecha que en dos décadas espolió al Estado, ejecutó peculado, corrompió su administración y algunos expresidentes respondieron a la justicia por enriquecimiento inexplicable.
El verdadero desafío actual es consolidar la economía capitalista, el problema es: ¿qué forma capitalista? Si descartamos el neoliberalismo por su reducción del Estado, mínimos impuestos a capitales, abandono de áreas estratégicas como la agricultura, exclusión en salud, educación, seguridad etc. que profundiza la desigualdad y crea la extrema pobreza por considerar la inversión social como gastos innecesarios, llegamos a un capitalismo más participativo.
Al proponer un cambio del neoliberalismo se debe promover el retorno del control de Estado en áreas estratégicas como las pensiones o la democracia económica creando nuevas empresas, invertir en salud, educación, seguridad e incluso el derecho de las telecomunicaciones, que en muchos casos son los motores del desarrollo nacional. El modelo capitalista tiene en esencia el problema de la desigualdad, solucionar la “desigualdad social” es un problema ineludible… al menos en los últimos 7 años las nuevas administraciones han generado esperanzas, aunque el resultado no es suficiente.
El modelo económico debe democratizar la economía, eliminar el monopolio, permitir el libre mercado y la inversión de nuevos capitales, pagar impuestos por ganancias, pagar impuestos por capitales, eliminar los monopolios y permitir la competencia, en ciertas áreas se debe nacionalizar la economía y las deudas… nadie desea otra guerra civil en los siguientes 25 años, en consecuencia debemos construir un Acuerdo Económico 2017-2042.