Caralvá
De pronto discutimos sobre la libertad, pero existen otros conceptos asociados: tolerancia, pluralismo, sociedad civil, legalidad, imparcialidad, libertades políticas, etc. En momentos como este pienso en André Bretón y su “Manifiesto” de 1924 y lo parafraseo: “Tanta fe se tiene en la Libertad, en la libertad en su aspecto más precario, en la libertad real, naturalmente, que la fe acaba por desaparecer”, porque la Libertad es un estado de arte.
Las condiciones comienzan a oscurecerse cuando la libertad se asocia a la verdad, entonces se asumen posiciones irreductibles.
Una forma de visualizar esta temática, sería no imponer una verdad única, tampoco calificarla, porque a fin de cuentas, son esquemas discriminatorios que generan círculos viciosos para todas aquellas personas que están en el círculo de poder, los privilegios, las opciones preferenciales etc., provocando enormes desigualdades culturales y sociales.
¿Es posible que las libertades se beneficien por medio de los compromisos sociales? En general cada gobernante da una respuesta a esta pregunta, de igual forma los partidos políticos, las iglesias, todas las fuerzas sociales tienen una respuesta a su favor.
Pero la libertad en general implica la condición de autorrealización dentro del campo laboral, educación, social etc., sin este criterio es muy difícil plantear una realidad de libertad. Se considera que esto es individual, en realidad es autonomía, lo es también para las comunidades o diversos grupos que aspiran a sus diversas opciones. Este punto es crucial, porque plantea una tendencia mundial, “lo privado no se opone a lo social sino a lo colectivista” como lo refiere el autor mexicano Luis F. Aguilar, pero el sustrato es la solidaridad en una sociedad en paz.
De ahí que el Estado tiene responsabilidades con los ciudadanos sin imponerles sus propias concepciones, porque en esta instancia son las leyes las que definirán el conflicto, de ahí la urgencia que la institucionalidad funcione.
Debemos entonces ser precisos en este criterio de libertad, la falta de respeto a las reglas jurídicas origina opresión, limitando a diversas fuerzas sociales, igual resultado tienen acciones inconstitucionales o las discriminaciones presupuestales (gubernamentales o privadas) a los medios de comunicación por sus líneas editoriales.
El Estado a fin de cuentas debe propiciar las libertades con justicia social, favoreciendo las oportunidades individuales o de las diversas sociedades, vertebrando la cohesión social y respetando la autonomía de estos grupos.
Pero existe como en todo, un elemento que gravita entorno a las naciones y su libertad, es el carácter soberano, este principio a fin de cuentas es un acuerdo de los pueblos, que se puede traducir como la fuerza que le permite sobrevivir ante cualquier agresión externa, la soberanía une a los ciudadanos en su vocación de integración.
Colocar la libertad o la soberanía como elementos individuales y sociales, nos permite al menos comprender, que aún nos falta mucho camino que recorrer, porque a fin de cuentas, el camino de conquistas libertarias no terminará hasta que el respeto al carácter ciudadano se ejerza sin límites, con la institucionalidad funcionando.
Como dijo Karl Marx: Nadie combate la libertad; a lo sumo combate la libertad de los demás. La libertad ha existido siempre, pero unas veces como privilegio de algunos, otras veces como derecho de todos.
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Libertad: Estado de Arte
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La Libertad: estado de arte