Caralvá

En una palabra podríamos resumir nuestro presente, el cual es el signo más importante de los últimos años: el desacuerdo. De igual forma que las familias, pequeños detalles separan a las familias por acciones o posiciones significativas, en muchas ocasiones por los negocios o el dinero, evidentemente existen otras condiciones atenuantes o agravantes. Nuestra condición social en El Salvador en este año que concluye, también nos deja ese sabor de lejanía entre las distancias políticas, con noticias alarmantes de corrupción, impunidad nacional e internacional.
Aquellas famosas premisas para el desarrollo que incluyen el cumplimiento de las reglas y formas normativas que nos lleven a un “arreglo político” o un contrato social hacia objetivos nacionales es simplemente ficción, de modo que en el año 2008 “año pre-electoral”, no esperamos el milagro ausente los 15 años anteriores.
Los puntos angustiosos para la población son los temas del petróleo que abate las esperanzas de grandes poblaciones, la emigración de los jóvenes, la delincuencia, el narcotráfico, la corrupción y los factores recurrentes de la transparencia en el manejo de los fondos públicos.
Las soluciones deben ser visualizadas como grandes “arreglos sociales” entre la clase política, entre los partidos representados en la Asamblea Legislativa y todos los poderes nacionales.
Muchos de estos factores implican a Estados Unidos de América, con el cual conviene tener las mejores relaciones del mundo, nadie en su sano juicio desea estar excluido del mercado comercial de esa nación, tampoco de sus beneficios de ayuda para el desarrollo y las relaciones amistosas son una prioridad de cientos de naciones, de modo que sea cual sea la nueva administración norteamericana, nuestra realidad de subdesarrollo no cambiará, pero podríamos agravarla con normas unilaterales dictadas desde acá o desde allá por esa potencia del norte, a propósito el TLC es un proyecto de largo plazo, para tal efecto es bueno leer el estudio: Los efectos sociales del TLC del Profesor Alejandro Gaviria de la facultad de Economía, Universidad de los Andes, que nos ilustra sobre el tema. Pero sobre las poblaciones, nos interesa que la voz de los ciudadanos se escuche en estos temas, de forma permanente porque las antiguas representaciones políticas se quedan cortas ante las demandas ciudadanas, (petróleo, corrupción, impunidad, emigración, delincuencia, narcotráfico, etc). La clase política debe elevar su nivel de propuesta, con una clara Cultura Política que ilustre y proponga soluciones y el Estado debe ser parte activa en la promoción ciudadana, abandonando posiciones paternalistas y asistenciales que no son aplicables a largo plazo.
Hemos avanzado en algunos buenos proyectos, la acreditación de los Fondos del Milenio, Proyectos de infraestructura y la sólida política monetaria.
Pensar en poblaciones es pensar en el futuro, las cuales necesitan movilidad social, la grandes poblaciones necesitan ascenso económico para abandonar la pobreza, propiciar la promoción ciudadana debe ser el objetivo para el año 2008.

http://www.diariocolatino.com/es/20071227/opiniones/50590/