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Transparencia en el gasto público y en recesión

  • La transparencia en la crisis

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    Caralvá

    Varios factores moldearán la opinión pública en los siguientes años, porque el centro de gravedad comercial tendrá por nombre: recesión económica.
    Diversos estudios coinciden que Estados Unidos irradiará para el resto del mundo disminuciones en las inversiones internacionales, retroceso en envío de remesas y contracción financiera.
    Ante este panorama desalentador, la administración gubernamental deberá responder con la mayor transparencia posible, puesto que la crisis exigirá una severa austeridad y ahorro de los dineros del pueblo, junto a un trabajo demostrable a favor de la ciudadanía. Trabajos visibles en: agua potable, vivienda, seguridad, austeridad y control de la corrupción.
    Como si fuera poco, la crisis incluye a toda la ciudadanía, pero en la transparencia el factor principal es gubernamental; también exigirá a la clase política austeridad en el manejo de los fondos institucionales al igual que los poderes locales, porque ahora la palabra ahorro es una palabra muy usada, pero en breve será superada por: “estamos jodidos”.
    Tendremos panoramas difíciles para escoger entre: gasolina y pan, pago de las deudas y gastos “obligados”, ahorro en los servicios o renunciar al entretenimiento familiar… etc. Todo esto con el “ojo avizor” hacia los administradores del gasto público y la clase política, que son los destinatarios de nuestros impuestos.
    Si los despidos están a la vuelta de la esquina y por todos lados escuchamos tristes historias de incertidumbres laborales, en mucho agradeceremos como ciudadanos, acciones gubernamentales que compensen esta situación, puesto que los intereses nacionales estarán a prueba en muchas áreas, pero nunca es mala la ponderación, puesto que este imprevisto colapso internacional debe catalizar un encuentro entre la iniciativa privada y la iniciativa social.
    No esperamos “discursos para las masas” cargados de conceptos que generan odio, ni culpas para todos menos para el partido, ni chantajes políticos a cambio de votos electorales; la crisis es un magnífico momento para un encuentro nacional que no identifique ideologías, por que la crisis vive ahora en los precios de los productos básicos y desempleados.
    Durante estos años, el conflicto entre: presidente del partido y presidente de la nación, no ha permitido una administración transparente, ya es tiempo de romper ese conflicto por la elección del nuevo candidato, es un buen momento para que el Presidente de la República esté liberado de su partido y lidere a la nación en sus intereses, lástima que solo queden unos cuantos meses de su gestión.
    La transparencia puede ser un punto de encuentro para todos, incluyendo a la oposición política, al aceptar que la crisis mundial esta en la agenda política, no como un bastión de votos, sino como un elemento ineludible, que incluye el tiempo de administración en un posible triunfo electoral.
    Si la crisis capitalista se politiza, nos irá peor a todos, pero con la transparencia en la información de temas sensibles (evasión de impuestos, acuerdos con transnacionales, dispendios secretos, gastos de representación, “imprevistos”…) al menos tendremos un bálsamo para calmar tanto malestar nacional.