César Ramírez
@caralvasalvador
El tema de la Seguridad Nacional debe ser tratado de la misma manera que se trata cualquier tema constitucional, a fin de cuentas es un acuerdo del pueblo para la vida republicana y democrática. El avance de la delincuencia es un fenómeno cotidiano, las clases pobres son castigadas a diario con atropellos horrendos, de igual manera los jóvenes escolares, también muchos inocentes han sufrido las consecuencias de esta saga terrorista, nuestras leyes parecen débiles, pero esta condición en lugar de unirnos como nación, nos fragmenta bajo banderas políticas en tiempos no electorales, es urgente construir el “nosotros nación” en él se incluyen todos los partidos políticos. Es necesario advertir que los avances democráticos también pueden retroceder, así como en 1932 una crisis económica fue utilizada como bandera para derribar a un gobierno democrático, así podemos caer en una situación indeseada e impensable por falta de coherencia en los sectores sobre el tema de la Seguridad Nacional. En busca de soluciones ante un problema tan sensible, la seguridad corresponde en primer lugar a los ciudadanos desde sus áreas habitacionales: barrios, colonias, residencias, municipios, alcaldías, cantones, parroquias, etc. En ese concepto la UNESCO propuso hace años, el desarrollo económico y cultural a partir de estos centros nucleares, aquello se denominó: Proyecto Cultura en el barrio, su objetivo era: "La promoción de las actividades culturales realizadas por y para los habitantes del barrio sobre temas directamente relacionados con sus vidas con objeto de aproximar a unos y a otros y de reforzar su sentimiento de pertenencia a un lugar de vida y a una entidad social." En nuestra nación observamos que estas propuestas comienzan a construirse, es una buena señal. La nación es el “centro de gravedad” en todo el tema de Seguridad, así la institucionalidad será la base fundamental de la paz social, de manera que sea impronunciable invocar “un fallo democrático”, para destruir los avances adquiridos en los Acuerdos de Paz, tanto en las formas de alternabilidad política como en las reformas que han permitido superar etapas en el Desarrollo Humano. Ya escribió John Stuart Mill: “aquél que sólo conoce su versión, conoce poco el tema”, de manera que el descubrimiento del “nosotros nación” sea la síntesis de proyectos más ambiciosos, con todos los colores políticos. La clase política debe dar muestras de avance, con calidad y en profundidad para pensar en la nación, el tema tiene por objetivo la convivencia y la paz social. Cabe preguntarnos sobre la clase política en general: ¿es la política para hacer el bien? ¿O solamente para su protección? ¿Seguridad implica un elemento natural del derecho o solamente es para justificar el modo de vida de los miembros de sus partidos?, puesto que su función para “tomar decisiones” a favor de la nación no se cumple. Por esta razón debemos insistir que la clase política debe ofrecer soluciones a los problemas y no solamente una justificación de gastos públicos. El economista español Enrique Fuentes Quintana nos habría recomendado: “los pactos son una ocasión de convergencia entre crisis general y oportunidades democráticas” estos pactos son el clamor popular, los cuales legitiman a la clase política no la devalúan.
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