Caralvá
De pronto el detonante de los conflictos sociales, esta mas cerca de la gasolina que de organizaciones políticas, pero son las organizaciones políticas las llamadas a desactivar estos potenciales conflictos. La gasolina a fin de cuentas nos impone un cambio cultural en el mejor de los términos.
Deberíamos plantearnos y con gran significado ¿Qué hacer ante la condición económica mundial y las soluciones posibles en la nación?.
A la nación debemos aportar todos: sociedad política y sociedad civil, nadie debe excluirse, es un buen momento de emplear la palabra Ágape (αγάπη) como los antiguos filósofos griegos, en designio del amor a la verdad y la humanidad, puesto que la fiesta trágica ya se inició y sin invitación, esta fiesta durará al menos los siguientes 3 años… se llama: recesión económica.
De esta forma las medidas audaces conocidas a la fecha, nos llegan del gobierno de los Estados Unidos de América que reparte dinero a sus ciudadanos… notable…casi llegamos al absurdo del capitalismo, puesto que el valor del dinero es generado por el trabajo, pero si lo regalan, entonces el valor dinerario es cero.
¿Por qué no realizar algo similar en la nación?...¡Absurdo!, para Estados Unidos de América no lo es.
Además la iniciativa privada puede renunciar a ciertos privilegios y otorgar un aumento salarial a sus trabajadores, es más fácil otorgarlo por voluntad propia que aceptarlo como Ley de la República.
A menos que se logre un acuerdo nacional, sobre la política económica, existen posibilidades que surjan espacios de trueques comerciales en muchos campos sociales, esta situación es propiciada por el desempleo y la pérdida de oportunidades para muchos. Ya existen trabajos físicos a cambio de alimentos, lo cual es aceptado por muchos y muchas.
El tema no es simple para nadie, siempre que hablamos de renuncias económicas, la primera palabra que surge es de condena: “comunismo”, al igual con la palabra “ventajas económicas”, la palabra favorita es: “capitalismo”.
Hemos propuesto que no sean los trabajadores, quienes paguen con su despido laboral, la inercia económica en las empresas o instituciones, la realidad nacional impone soluciones de cambio cultural con amplia participación e intersectorial.
Las soluciones implican garantía de alimentos para las clases populares, como condición ineludible y objetivo nacional prioritario.
No existe anestesia para el dolor que provoca el aumento de la gasolina y comprendemos los motivos de los aumentos, aunque no los compartimos, pero de sacrificios ya tenemos suficientes, es mejor eliminar impuestos, ampliar los aumentos salariales privados o públicos, pedir disminución de tasas de interés, pago de seguros a tiempo y no fraudes que retrazan el pago de terceras personas, etc., etc., se debe actuar ahora, para aliviar la economía de muchos ciudadanos y no esperar acciones predecibles por incapacidad en la visión social.
anestesia para la gasolina
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Sin anestesia para el dolor de la gasolina