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chaguantique

  • Chaguantique: reserva natural

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    Caralvá

     

     

     

    Viajamos 7 kilómetros desde la ciudad de Jiquilisco hasta un bosque tropical, en realidad mis expectativas eran muy pobres sobre un sitio protegido, conociendo la realidad de muchos lugares de la nación, dudaba si aquél paraje no era más que un punto de referencia para visitar una media hora y partir a toda prisa en busca de un lugar agradable. Mis expectativas fueron creciendo poco a poco, el viaje en compañía de otras personas nos permitió acercarnos a una realidad olvidada.  El autobús se estaciona en la entrada pero  recorrido es a pie con guías locales; aquél lugar tiene un pequeño museo con fotografías de especies que usualmente se consideran extintas, la duda asalta porque nuestra visión urbana no tiene nada que recordar de esos datos. Así caminamos en pleno mediodía, por cierto al salir del a/c del autobús, el golpe de calor es una prueba de condición física. Caminamos por un bosque tropical, como los que se muestran en documentales de tiempos remotos, la flora parece exceder la imaginación con árboles de 40 o 50 metros: Conacaste Blanco, Conacaste Negro, Almendro de Río, Palo de Hule, Ojushte –que alimenta a los monos arañas (Ateles geoffroyi o “mono araña de mano negra”);  los árboles forman un sotobosque que en ocasiones oculta la luz solar, formidable experiencia ecológica impresionante en nuestros días con la mancha de concreto por todos lados; mientras el calor cocina nuestras pieles oficinescas, los sonidos son extraordinarios: aves, insectos, el sonido de los pasos en los senderos en tierra polvorienta, las ramas al viento chocando con otras, así en fila india guiados por un guardabosques caminamos de un sitio a otro en busca de los Monos Araña, no les encontramos, ni señas; el guía indicó que estaban en otro sitio, así retornamos sobre nuestros pasos, el  grupo se dividió por razones desconocidas, el guía de pronto dijo: “una iguana”, para nosotros diferenciar una rama de una iguana, no es fácil, pero ante la insistencia del guía, con sorpresa pudimos observar una iguana azul y verde de un tamaño aproximado de 162 cm o 180 cm, que según los expertos son las que tienen 6 ó 7 años, desafortunadamente así como apareció se esfumó, a lo mejor ante la ruidosa caravana de curiosos turistas ecológicos.

     

    Al retornar en medio del camino el guía nos señaló el sitio donde se encontraban los monos, en realidad es difícil distinguirlos en ramas tan altas, pero ahí estaban con sus crías y alimentándose, su velocidad es sorprendente, entre saltos de rama en rama en grupos de tres o cinco, en determinado momento nos observaron detenidamente, evidentemente nosotros los invasores también debemos parecer extraños con ropas coloridas y deportivas. Las cámaras fotográficas cumplieron su misión con el zoom al máximo, el comportamiento primate es tan parecido al nuestro, que en realidad son humanos arbóreos, su comportamiento social en familias jerárquicas, su comunicación monosilábica, así como su organización básica, recuerdan aquellas conductas y asociaciones humanas dispuestas a soportar la inclemencia de la naturaleza… y sobrevivir.

     

    No pudimos observar más especies, a lo mejor porque nuestros ojos solo distinguen las computadoras y los objetos mecánicos, pero somos ciegos en un bosque tropical el cual se considera en nuestro tiempo casi mítico. Debemos agradecer a la comunidad de Chaguantique y a sus guardabosques, permitirnos visitarles para  saludar  su valioso ejemplo.

     

    www.cesarramirezcaralva.com