Ok

By continuing your visit to this site, you accept the use of cookies. These ensure the smooth running of our services. Learn more.

crisis

  • Sociedad y Estado en crisis del capitalismo

    10OCT010 37119_160364067325553_100000558818307_440639_5704513_n.jpg

     

    Caralvá

     

    Los conceptos clásicos de Sociedad la definen como un conjunto de individuos que comparten una cultura, evidentemente existen múltiples escuelas con diversos criterios a partir de ello y Estado un concepto político: refiere una forma de organización social y política… etc.

    La crisis del capitalismo afecta a la Sociedad y Estado salvadoreño en múltiples áreas, principalmente por las proyecciones individuales e institucionales  generando incertidumbre en diferentes sectores.

    La verdadera prueba de nuestra Sociedad y Estado en un momento como este, es la participación multisectorial a favor de sus legítimas aspiraciones logren el objetivo de estabilidad en la mayoría de sus demandas: seguridad, economía, salud, educación, empleo etc., bajo la premisa que se necesitan reformas en los próximos meses.  Reformas sociales en ocasiones son sinónimas de modernizar al Estado, debido a que muchas condiciones administrativas requieren innovaciones jurídicas con implicaciones sociales; no obstante de no impulsar estas iniciativas el avance social podrá tener resultados muy pobres.

    Es posible que los efectos de la crisis se visualicen en las áreas rurales debido a la extraña combinación de eventos climáticos y desempleo, de tal forma que la pérdida de cosechas sumado a las difíciles condiciones de las familias rurales propicie descontentos focalizados, para este evento desafortunado la ayuda a las municipalidades puede adelantar propuestas de soluciones adecuadas a cada región geográfica que bajo investigaciones sociológicas y antropológicas propongan cambios culturales. En esta situación la herramienta fundamental es el fortalecimiento de las municipalidades por la cercanía con los ciudadanos en coordinación con los poderes del Estado, evento que enviaría el mensaje correcto hacia el fortalecimiento democrático y ampliaría las relaciones Estado-municipio-ciudadanos.

    Estado y Sociedad deben coincidir en el encuentro de múltiples interlocutores válidos que abandonen las prácticas disidentes en este difícil momento a favor de soluciones nacionales, también debe incluir a interlocutores que representes a las clases privilegiadas puesto que no pueden permanecer al margen de este fenómeno de graves repercusiones nacionales.

    Construir el tejido social que permita soluciones posibles  a la crisis capitalista, será la mejor respuesta de nuestra sociedad democrática y posiblemente su seguro de vida para los próximos años.

    www.cesarramirezcaralva.com

     

     

  • Valores en tiempos de crisis

    PICT0088.JPG

     

    Caralvá

     

    Todos tenemos diversos valores que orientan nuestros pasos hacia objetivos sociales, en Libertad.

    La calidad moral a fin de cuentas tiene para enfrentar nuestra realidad en el capitalismo.

    Existen momentos en la vida individual que confundimos valores sociales con problemas contundentes: crisis del capitalismo, fin de paradigmas económicos, globalización,  descomposición social, etc.,  porque nuestra interrelación: económica, política y social  es multinacional, pero entonces surgen nuestros valores que nos identifican como ciudadanos en libertad y democracia.

    El valor de la unidad nacional por ejemplo casi pierde su sentido a lo largo de las últimas décadas, si lo aplicamos a los partidos políticos, casi ninguno puede afirmar no haber sufrido escisiones, fracturas o abandono de algunos miembros importantes.

    La unidad nacional a lo largo de los años, casi es ciencia ficción.

    Por estas razones llamar a la unidad es oportuno porque la historia demuestra que en ocasiones especiales como: los desastres naturales, la paz o la solidaridad hacia causas sociales,  la nación  ha logrado cohesionar voluntades con notables ejemplos.

    Es oportuno trabajar en la construcción de un valor olvidado: la confianza política.

    La confianza política implica la condición de predicción sobre nuestro futuro social. 

    En términos generales la confiabilidad política descansa en la capacidad de un sistema político de funcionar regularmente, operando con eficacia dentro del Estado de Derecho, con participación ciudadana y garantizando los derechos humanos.

    La cantidad de conceptos no debe asustar a nadie, se puede resumir en menos: eliminar la ideología de los problemas nacionales.

    Nuestros mayores problemas nacionales no son ideológicos, no son partidarios como el caso de nuestro retrazo en infraestructura, la pobreza “coyuntural”, el analfabetismo, la salud, educación y todo el rosario de miserias que nos acompañan desde hace años, son realidades que acosan a la ciudadanía,  además agreguemos el grave flagelo del narcotráfico, la delincuencia, el crimen organizado etc.

    Como ciudadanos nuestros valores coinciden con la nación en que necesitamos: Libertad y Democracia, estabilidad laboral, movilidad social, Seguridad.  

    En estos momentos, a pocos días de un cambio de administración es bueno recordar que el modelo de unidad nacional debe coincidir con un amplio acuerdo (político) entre gobernantes y gobernados.  El poder es la delegación de los gobernados  a los gobernantes y esta armonía es un contrato social, de esta forma la Libertad (individual o social) tiene como fronteras las propias reglas institucionales o de otras naciones.

    Es oportuno recordar la confianza política debe construirse, se necesita mucho coraje y trabajo para eliminar la ideología de problemas que invocan la unidad nacional, esto se logra incluyendo a personalidades notables en los equipos de gobierno y pensando en los siguientes cinco o más años; el objetivo de los valores sociales y la unidad nacional es  la construcción del equilibrio entre Libertad y Poder, hacia el Estado de Derecho.