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crisis y crítica

  • De aquí al final de la crisis

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    Caralvá

    Existe un cambio profundo en nuestra realidad después del 15 de marzo de 2009, porque por primera ocasión en nuestra historia, podemos visualizar diversos escenarios que aplicarán en las funciones de los intelectuales y en sus expresiones sociales los siguientes años.
    Los cambios en general pueden percibirse en toda la línea de acciones de comunicación, tanto individuales como masivos, los cuales podemos resumir así: unos continúan negando la realidad, aferrados al pasado y aún con las banderas en sus manos; otros comienzan a dictar sobre conductas de resistencias imaginarias, resistencias a cualquier cambio incluso las relaciones diplomáticas o las mínimas, como el título de las nuevas autoridades; finalmente los que pretenden una amplia sociedad democrática, incluyente y respetuosa de la institucionalidad.
    Un pequeño paseo por las diversas publicaciones nacionales puede identificar las anteriores posiciones, me parece que en otros sectores no solo intelectuales, estos esquemas se repiten a pesar que el momento electoral esta cada vez más lejos.
    Estas acciones encierran modelos de conductas, no solo son escrituras lineales, en el fondo son modelos de vida y respuestas sociales, ellas tienen un amplio rango de consecuencias, lo importante al final es la nación; aceptar que las opiniones están una al lado de otra, que mi opinión al final solo es otra en el río caudaloso de la información, nos ayuda al menos a cambiar el sentido de verticalidad que durante tanto tiempo ha soportado la nación, ahora la credibilidad de algunos intelectuales ha sufrido un notorio deterioro, pero tienen una magnífica oportunidad, reconocer la realidad de una sociedad en paz y si no es mucho pedir, reconocer su error.
    Pero esto no significa que el carácter productivo intelectual en todas sus formas, se convierta en actitudes pasivas, nada de eso, las acciones deben ser independientes y en el mejor sentido críticas, no olvidemos que vivimos en pleno desarrollo de una crisis global, podemos unir las palabras: “crisis y crítica” que es un título propuesto para una revista de Walter Bejamin y Bertolt Brecht entre 1930 y 1931.
    Al final de esta situación, seguro sobreviviremos a la crisis económica, porque no hemos vivido estos años en la opulencia, ni en condiciones pródigas, mas bien la sociedad salvadoreña tiene una condición de vida modesta, claro con excepciones; nosotros los de la “llanura” con apuros llegamos a fin de mes y en muchas ocasiones debemos adquirir créditos, en otras palabras: “nos ganan las deudas”, pero eso es otro tema, la crisis y la crítica intelectual, al menos no impedirá comprender y comprendernos, que nada en este mundo impide la alegría del cambio y lo mejor es acompañarlo, a pesar de todo.
    Negar la realidad llevará algunos a enfermedades graves, usualmente depresivas; resistirse al cambio genera auto-exclusiones y “vivir en el pasado”; aceptar los cambios en una sociedad democrática es parte del juego por un mundo mejor. Al final es: La primavera salvadoreña…