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democracia posible en el salvador

  • La democracia posible

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    Caralvá

    Algunos aseguran que todo es posible en democracia… Repasemos una sola semana de nuestra realidad y verifiquemos si esa condición se cumple.
    Entre los más dramáticos desajustes sociales encontramos la actual crisis económica, nuestra democracia es vulnerable a estos cambios que ni siquiera acontecen en nuestras fronteras pero inciden en acciones que pueden afectar nuestras realidades democráticas por la demanda de control de los precios del petróleo y sus derivados; en el mismo nivel se encuentran los alimentos, la estabilidad laboral, la transparencia de administración de las pensiones, etc. La democracia vive en sus límites, pero no soluciona estos problemas.
    ¿Cómo pueden afectar estas condiciones económicas a la democracia? En general afecta el nivel de las percepciones de las multitudes, puesto que ninguna expectativa popular coincide con el máximo nivel de desencanto debido a la pérdida del valor adquisitivo de los salarios, a pesar de los aumentos salariales. La democracia en medio de una crisis económica tiene figuras emblemáticas que representan el rechazo de la opinión pública, estos nombres son asociados a fraudes masivos de entidades gubernamentales y privadas, estas representaciones humanas, suman negativamente a la democracia, porque el derecho ciudadano no es ejercido a favor de las mayorías, con la grave percepción que funciona solo a favor de algunos. En este caso, la democracia es posible solo para algunos, usualmente con mucho dinero.
    Otro factor que desestabiliza la percepción de la democracia es “el arraigo del miedo”, es posible que en unos sectores de la población la posibilidad del temor al cambio político y la crisis económica se convierta en un factor decisivo, para otros sectores el miedo ha dejado de existir, puesto que la crisis económica ha tocado fondo en sus residuales ingresos y no es posible descender más. El arraigo del miedo en la democracia no es por la alternancia política, sino por manejo transparente del dinero del pueblo.
    Demasiado tarde se ha comprendido que dirigir un partido político no es lo mismo que gobernar una nación, donde la percepción fue un partido en el gobierno y el resto de la nación a su suerte. La aplicación de justicia dentro del Partido debería ser ejemplar, para eliminar todo nexo institucional con las personas, pero en muchos casos el discurso público es muy diferente dentro del círculo interno de poder.
    De igual contenido es la identidad nacional en democracia, si solo un pequeño grupo se encuentra en óptimas condiciones financieras, el resto de la sociedad no tiene ninguna identidad de principios con estos sectores, que a fin de cuentas administran el poder.
    Si unimos los factores en esta democracia “posible” como la actual: masivo desencanto de las multitudes, (des)arraigo del temor, identificación de figuras corruptas “intocables” fuera del control de la justicia y bienestar unilateral de un partido político con sus miembros pero la nación en crisis, el resultado es una democracia errática y sin futuro.
    Para superar estas condiciones negativas, “la democracia posible” se debe construir sobre un pacto incluyente de todos los sectores nacionales, aplicando la justicia, erradicando el temor a la información, la corrupción, implantando la confianza de una nación para todos, sin excepciones.