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diálogo poítico

  • Fin (inicio) del diálogo político

     

    César Ramírez

    @caralvasalvador

    Hemos presenciado la negación de votos para donaciones de carreteras rurales, caída en el impago, ausencia en la aprobación del presupuesto nacional, negación a la reforma al sistema de pensiones, iniciativas para entorpecer al SITRAMSS, oposición al impuesto predial, etc. la resultante de estas contradicciones a la administración pública pretenden que el tren del desarrollo se descarrile en menos de un año plazo, puesto que es el momento electoral, lo cual beneficiará a sus aspiraciones a costa del empobrecimiento colectivo.

    ¿El fin del diálogo político? es una etapa donde las partes endurecen sus posiciones considerando que poseen la iniciativa en la fuerza táctica y estratégica, lo cual sucede como elemento de “moneda de cambio”, entonces un actor parece ceder en un aspecto a cambio de otro movimiento a favor, por ejemplo: negociamos el presupuesto nacional a cambio de “reformar las pensiones con nuestra posición”, “aprobaremos nuevos bonos para el Estado si eliminamos el SITRAMSS”, etc. las lecturas de estas posiciones parecen no tener solución a corto plazo, tal parece que se prolongarán hasta el siguiente año, ocasionando un daño incalculable a la imagen nacional y su futuro inmediato; lo cual en esencia significa que se abren las puertas de la incertidumbre monetaria, tanto por el incumpliendo en el pago de las pensiones, como en el aumento de los intereses de los compromisos adquiridos con organismos internacionales, repitiendo el escenario de otras naciones que obligará al Estado a decretar emergencia nacional, lo cual no es solo por desastres, sino también por colapso económico como la crisis de 1931.

    También es necesario realizar un inventario del control de daños en diversos aspectos ocasionados por estas circunstancias del “fin del diálogo”: pérdida de carreteras rurales, pérdida de donación en caso de desastres naturales, ausencia de nuevos proyectos en salud, educación, infraestructura, caída en el desarrollo nacional, impago de pensiones… cuantificar esos proyectos significa un duro golpe al proyecto de nación.

    Parece que el barco tiene un motín a bordo, la historia demuestra diversas soluciones, pero no se trata de respuestas como en el Viejo Oeste norteamericano, ni los dramas del siglo pasado que abolían la constitución en cuestión de horas, ni las sustituciones administrativas proclamando otra persona que no cambiará el origen de las injusticias ¿será que no aprendemos de la historia?

    Los políticos saben que no pueden ganar todo, que debemos llegar a buen puerto, que las elecciones solo son una fotografía de la nación y que muchas encuestas favorecen a un buen gobierno. Las redes sociales han cambiado los modelos de comunicación, así como las acciones sociales, afectan las percepciones económicas etc., aunque parezca que estamos al borde del abismo, la apertura de los entendimientos puede ser posible, porque hay buenas noticias: la seguridad avanza, la inversión internacional se fortalece, existe estabilidad económica, hay esperanzas que el presupuesto sea aprobado y las medidas cautelares de la Sala Constitucional parece que no serán eternas, además un Cardenal bueno ilumina el oscuro camino salvadoreño… ¿fin al diálogo político? o ¿inicio del diálogo de realidades que nos afectan a todos? me parece oportuno reiniciar el diálogo, es tiempo de retomarlo para llegar a las elecciones con buenos mensajes a la nación.

    www.cesarramirezcaralva.com