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  • Desempleo: incumplimiento de pagos

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    Caralvá

    La crisis económica acontece allá en las grandes ligas, en las naciones de primer mundo, una crisis generada por la sed exagerada de ganancias y la ausencia de controles financieros, lo cual ha provocado un mundo en recesión y pérdida de empleos.
    En nuestra nación se habla con mucha persistencia de eliminar personal para reducir costos. La lógica es: “menos ganancias = menos ingresos, por lo tanto para mantener el margen de ganancia debemos reducir costos salariales y multiplicar las actividades del personal”, así el margen de ganancia permanece.
    Eliminar personal es falta de imaginación corporativa, cada empleado “despedido” ha pasado por capacitaciones, conocimiento de área, cumplimiento de metas, etc. al anunciarle su retiro por “reestructuración”, el personal se lleva muchos conocimientos y además una “inversión técnica o administrativa” en general es una pérdida más grave que la material, porque el personal calificado es un ahorro para la nueva empresa contratante, además cuando la crisis termine el personal despedido no retornará.
    ¿Por qué despedir personal si pueden reorientar sus funciones?
    ¿Por qué no promover al personal en nuevos cargos, en lugar de cesarlos?
    Si el problema son los ingresos, existen modelos corporativos de ahorro que no afectan a los trabajadores.
    Pero en nuestra nación el clima laboral esta viciado, algunas empresas solo piensan en “eliminar personal” creando mucha “comunicación informal”, con el resultado del desánimo y las actitudes negativas en toda la cadena productiva en diversas estructuras de las empresas.
    Un factor a considerar es optar por la “reducción de ganancias” en lugar de “reducción de personal”, acción que al menos involucrará a la empresa en su conjunto hacia la defensa del empleo.
    Reducción de ganancias puede “comprenderse” por las partes involucradas como un sacrificio necesario y crear un ambiente de participación entre los sectores involucrados, puesto que el despido de personal es hostilidad y agresión, especialmente contra los trabajadores.
    La “reducción de ganancias” no es una medida populista, es una lectura de la realidad, porque si en Estados Unidos la avaricia del sector financiero ha causado este desastre, no menos lejos están algunas instituciones en la nación con las tarjetas de créditos, los créditos hipotecarios y otros instrumentos, que tienen mucha “discrecionalidad” al aplicar los intereses a su favor. El caso no es eliminar los créditos, ni coartar el acceso a los créditos, el objetivo debe ser el pago efectivo de los tarjeta-habientes y los deudores en general, también en este rubro se debe renunciar a “exceso de ganancias”, porque de nada sirve despedir a los trabajadores, si el flujo de capital se interrumpirá desde la base de la pirámide productiva.
    El tema es multilateral y debe ser tratado bajo una agenda nacional de soluciones posibles y acuerdos mínimos. En tiempos difíciles hablar de sacrificios compartidos es más aceptable que hablar de “despidos masivos”.