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  • Barack Obama y Monseñor Romero para la Historia

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    Caralvá

     

    La Historia precede las relaciones de amistad entre las naciones, esta condición orienta la vocación de los pueblo junto a sus gobernantes. Entre Estados Unidos de América y El Salvador la memoria de amistad del siglo XX parecía una montaña rusa, hasta que finalizó la guerra civil. A partir de 1992 el panorama ya no fue de sobresaltos, sino de un nuevo horizonte hacia la apertura democrática.

    La visita del Presidente Barack Obama a nuestra nación inaugura un nuevo modelo de relaciones de amistad entre nuestras naciones, debido a una nueva visión que surge a partir de los anuncios oficiales para los próximos años.

    El concepto de Socios para el desarrollo implica a la región centroamericana, es una situación anhelada durante décadas, pero esta es la primera ocasión que dicho concepto puede materializarse bajo un amplio sentido de unidad entre nuestros pueblos. Este importante concepto conduce a pensar que un nuevo mapa de desarrollo comienza a gestarse donde la geografía política regional,  será determinante para indicar que algunas zonas de pobreza se transformen en zonas de  oportunidades, a partir del mes de junio de 2011.

    La propuesta implica un nuevo mapa en Centroamérica que olvide la geografía como elemento generador de la desigualdad y considere nuevos valores sociales para el siglo XXI, esta concepción puede ser la frontera  regional contra el narcotráfico, el terrorismo, la pobreza y nos permita construir el futuro a partir de nuestras comunidades y no a expensas de la exportación de emigrantes.

    Socios para el desarrollo quizás implique que no podemos vernos sin la región, son tiempos que a pesar de las diferencias y pobrezas, Centroamérica necesita la unión para sobrevivir o este condenada a la fragmentación por la corrupción de diversa naturaleza y la debilidad perpetua de 5 pequeñas naciones.

     La Unión del siglo XXI contra la pobreza, el terrorismo, el narcotráfico, debe ser ahora la mejor bandera de unidad, porque el nuevo mapa regional no determina sus fronteras por límites geográficos sino una amplia líneas de cooperación entre los pueblos y sus gobernantes.

    Configurar un nuevo mapa del desarrollo, como unir criterios regionales donde cada nación proponga  hacia donde orientar los esfuerzos,  en lugar de recibir órdenes de inversión en materia de seguridad parece el objetivo principal, quizás el tiempo nos ilustre las bondades de esta gran iniciativa.

    Cuando el presidente de los Estados Unidos de América Barack Obama promueve grandes iniciativas para la nación y recorre con su familia la ciudad, nos recuerda que vivimos en un mundo más unido por las personas que separado por las diferencias políticas.

    Después de la visita de Obama, sobrevivirá el mensaje del primer presidente norteamericano que rindió homenaje a Monseñor Romero en su sitio memorial, este es el reconocimiento que la palabra de paz es más fuerte que la acción violenta, es la respuesta de reconocimiento de la posteridad al salvadoreño más universal del siglo XX.

    Este día 24 de marzo, recordamos a Monseñor Romero por su triunfo, su memoria, su éxito contra la muerte y su legado vibrante por un mundo mejor. El presidente Barack Obama lo dijo mejor: "Tuve la oportunidad de visitar la Catedral y visitar a Monseñor Romero que inspira a mucha gente alrededor del mundo"..

    www.cesarramirezcaralva.com

  • El presidente Barack Obama y la primavera de la democracia salvadoreña

    Obama. Romero, Bicentenario, El Salvador

     

     

     

     

     

    Caralvá

     

    Existe una feliz coincidencia entre el equinoccio de la Tierra a partir del 21 de marzo de cada año y la llegada del presidente Barack Obama, puesto que parece ser un saludo estelar y humano a la primavera de la democracia salvadoreña con esta visita trascendental.

    La luz solar cae por igual en ambos hemisferios y equinoccio viene del latin aequinoctium que significa “noche igual”, de tal manera que el arribo del presidente de los Estados Unidos de América a nuestra nación esta programada para los días 22 y 23 de marzo.

    Otro evento memorial acontecerá el 24 de marzo con los homenajes a Monseñor Oscar Arnulfo Romero.

    La historia del siglo XXI nos muestra extraños caminos insospechados hace algunas décadas, pero asistimos a un cambio cultural donde la democracia es posible y el camino hacia el desarrollo de las naciones no tiene banderas ideológicas.

    Nuestra nación celebra el cambio extraordinario de la política exterior norteamericana, que otorga con esta visita un reconocimiento a la democracia salvadoreña bajo una administración gubernamental diferente a las últimas dos décadas, pero no porque sea de izquierda, sino porque la nación ha logrado una altura política que consolida la institucionalidad en términos de paz social y alternancia política, condición que significó no menos de 50 años y una guerra civil.

    Cuando el presidente Barack Obama visite San Salvador y llegue a Catedral Metropolitana, quizás recuerde a los mártires del siglo XX de aquella otra Abadía de Westminster en Inglaterra, ahí se encuentra la estatua del Monseñor Romero, junto a la Madre Isabel de Rusia, Martín Luther King Jr. y el Pastor Dietrich Bonheffer. Ahí también se encuentra Tomás Becket Arzobispo de Canterbury.

    Tomás Becket vivió en 1170 siendo Arzobispo de Canterbury y fue abatido por cuatro caballeros al servicio del rey Enrique II, cuando estaba rezando la oración de la víspera en la catedral, entre las capillas de Santa María y San Benito. El arzobispo al momento de ser rematado, exclamó: “muero gustoso por el nombre de Jesús y en defensa de la Iglesia Católica.  

    Después de leer la vida de ese hombre la imagen de  Oscar Arnulfo Romero Arzobispo de San Salvador es un pensamiento obligado puesto que fue asesinado en plena misa por un escuadrón de la muerte. Ellos parecen una misma persona bajo diferentes naciones y una distancia de ocho siglos como si el tiempo no contara.

    Cuando el 44 presidente de Estados Unidos de América se encuentre en las calles de la ciudad, en el año que celebramos el bicentenario del primer grito de independencia, la ciudadanía podrá saludar al pueblo norteamericano en la persona de Barack Obama, y  podrá abrazar a los ciudadanos norteamericanos que contribuyeron a nuestra realidad posible, que nunca dejaron de apoyar la fraternidad entre pueblos hermanos.

    Agradecer el saludo de Estados Unidos a la primavera de la democracia salvadoreña es lo mismo que celebrar la amistad entre nuestras naciones.

    www.cesarramirezcaralva.com