Caralvá

El avance de nuestra nación se encuentra unido a dos poderosos elementos: desarrollo y democracia, estos se unen por su caracterización en historia, institucionalidad, legalidad, convergencia de fuerzas sociales etc. Es tan recurrente el tema desarrollo y democracia que la nación debería racionalizar este objetivo cada cinco o diez años, con esta acción al menos coincidiríamos en temas cruciales que inciden en la ciudadanía.

El tema del transporte nacional es uno de esos temas,  elemento de coincidencia con aspectos sociales, privados, estatales, seguridad nacional, estratégico etc.  el subsidio es un tema esencialmente político, de igual manera la seguridad de los transportistas que merecen respeto por su vida, pero la herencia negativa de nuestra nación impide solucionar este tema por simples mecanismos administrativos. Las soluciones en tiempos de una dictadura serían drásticas e inmediatas, pero en democracia el procedimiento exige agotar todo procedimiento constitucional, el cual no es de corto plazo.  Bajo el esquema de largo plazo debemos asumir que la voz de la ciudadanía debe ser escuchada, porque son los primeros afectados cualquiera que sea la negociación, pero al final la ciudadanía termina pagando los platos rotos.

Al igual que el transporte, la seguridad nacional, el enfoque agrícola, el desarrollo local, el empleo, educación y salud entre otros, afectan directamente a miles de personas que no puede dejarse solo a los personajes del gobierno de turno, sino a la primera línea de los afectados: la ciudadanía en general,  la cual no es consultada ni directa ni indirectamente, este es el vacío que existe en nuestra sociedad, se debe construir un puente de comunicación  de los políticos con los ciudadanos en tiempos no electorales, para al menos poseer un criterio de opinión sobre tal o cual acción.

En el caso del desarrollo social hace muchos años se tomó una decisión equivocada de abandonar el agro, así se perdió una cultura de cultivos porque era más barato comprar los granos básicos que cultivarlos, nadie fue consultado sobre el tema, ahora retornar a la cultura del cultivo parece fuera de lugar, aunque es lo único que puede salvarnos de la hambruna.

El modelo capitalista somete a la nación a presiones internas y externas, de tal forma que la nación no tiene otro remedio que adaptarse, por esta razón la ciudadanía debe tener claro que muchos elementos como el transporte, el desarrollo, la tecnología en todos sus niveles acompañan a la democracia y bajo ese criterio encontrar criterios de coincidencia entre los sectores involucrados es la solución más moderada, quizás la única que puede evitar enfrentamientos sociales.

El caso del transporte nacional amenaza con un aumento en su tarifa a los usuarios alegando vivir en el capitalismo, nadie escapa a esa realidad, por ello debemos comprender que: desarrollo y democracia no puede separarse de los intereses de la ciudadanía, los sectores privados y el Estado. Los sacrificios ya no pueden pedirse únicamente a los ciudadanos, es un buen momento para compartir la crisis pagando cada quién la cuota apropiada.

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