Caralvá
La quiebra de las gigantes financieras: Lehman Brothers y Merrill Lynch crean una enorme turbulencia en los mercados internacionales, con caídas a nivel global de los principales mercados bursátiles.
Las naciones conocen perfectamente que si el motor del capitalismo sufre lentitud o desaceleración, en América Latina tendremos parálisis de inversiones, retrasos de proyectos o cancelación de los mismos, caída de los precios de nuestras materias primas, además la disminución en el envío de las remesas, un panorama nada alentador para cualquier gobierno.
El cóctel de las malas noticias une el precio de la gasolina, la inflación, desempleo y probablemente dificultades para otorgar créditos a muchos ciudadanos; a este esquema se une la extrema preocupación de la ciudadanía que observa el ascenso en el crimen organizado y narcotráfico sobre el control de los emigrantes.
La caída del cuarto banco de inversión de Estados Unidos, crea una ola de incertidumbre en todos los inversionistas internacionales, pero si a ellos les preocupa, las consecuencias las sufrirán los trabajadores, porque la receta para la crisis de las empresas usualmente es: el cese de los trabajadores.
En otras palabras, la primera línea de consecuencias del desastre económico, son los asalariados.
Los siguientes meses pondrán a prueba las políticas económicas de igual manera el acierto o desacierto de nuestra realidad social, porque la urgencia de un pacto social de todas las fuerzas, tendrá su mejor oportunidad para concretarse.
En algunas empresas el despido masivo aconteció hace unas semanas, a lo mejor es el preludio de otras que seguirán ese triste ejemplo, pero también es el gran momento de una palabra que expresa la mejor respuesta en todos los niveles: solidaridad.
¿Saldremos ilesos de este acontecimiento?
Nadie saldrá ileso, a unos más a otros menos, pero la condición económica nos afecta y masivamente, para ejemplo el precio del petróleo, el pan, los servicios básicos etc.
A prueba entonces el grado de “realidad” y no demagogia con las políticas hacia los trabajadores, puesto que de igual forma son la primera estadística de empleo las mencionadas en crecimiento y desarrollo, así serán referencia con el número negativo de desempleados en cada uno de los trabajadores que pierdan su fuente de ingresos económicos.
Debemos entonces rechazar las falsedades, la crisis no tiene solución a corto plazo, pero lo que si es a corto plazo es la solidaridad y el empeño de responsabilidad hacia los trabajadores, para que no paguen con sus despidos la crisis originada lejos de sus centros de producción.
No hablamos de ficciones, porque en otros tiempos las crisis económicas han creado escenarios dramáticos, de ahí la urgencia de tomar un sentido de la historia a favor de los trabajadores.
En esta postmodernidad social la debacle económica nos hablará de muchos sacrificios, desafortunadamente la ideología no nos salvará del colapso financiero, pero la solidaridad de la clase política hacia los trabajadores puede ser la diferencia, en este desalentador panorama mundial.
Colatino+Caralvá
solidaridad ante crisis
-
Sentido de la historia ante crisis económica