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violencia de los medios

  • Saturación Mediática

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    Caralvá

    Las elecciones ponen a prueba nuestras lecturas matemáticas por la saturación mediática que mezcla victorias con derrotas y fracasos con éxitos, casi como acto circense, cuando en realidad los números son la más fiel lectura de la voluntad popular. Pero debemos ampliar un poco este punto, puesto que las irregularidades grotescas como la cometida por una agencia de seguridad al intervenir con DUI falsos en el evento electoral, es un signo alarmante; si esta agencia de seguridad miente y engaña en una acción cívica, ¿qué le impide mentir y engañar en otras acciones comerciales? es ¿empresa de seguridad o no?... y si ¿este acontecimiento fue aislado, o uno entre cientos de acciones similares?... el caso se convierte en un elemento de investigación policial y fiscal, que debe tener pronta aplicación de justicia.
    El caso anotado es un grave delito, porque conocidos casos similares en nuestra historia, sus consecuencias son desastrosas.
    La saturación mediática dinamita el sistema de “creencias” sobre la realidad, colocando incluso a la pobreza como un logro nacional, cuando el avance para eliminar la injusta distribución de la riqueza es mínima y la brecha entre ricos y pobres es abismal, no necesitamos anuncios para ver la realidad, basta salir de la ciudad unos cuantos kilómetros para observar el crecimiento de la pobreza.
    A coro cantan algunos medios de comunicación el mismo sonsonete “muerte al enemigo político” pero se escandalizan cuando se pide eliminar la ideología de las discusiones de la realidad nacional, porque este pequeño ejercicio connota un recuento de políticas fracasadas que no producen resultados para las multitudes, sino solo para unos pocos. A pesar de las buenas intenciones de algunos funcionarios la corrupción no ha podido contenerse.
    En estos momentos se intenta profundizar el concepto sagrado versus el profano, bueno y malo, justo e injusto, cuando nuestra realidad de pobreza es la mejor lectura de “sagrado y profano”, y nada más estridente que el panorama de salud, educación, seguridad…etc. a pesar que pretendan hacernos creer que vivimos mejor que algunas naciones de Suramérica o el Caribe.
    Sin duda el momento actual del capitalismo, exige mucha prudencia con las promesas en general de los partidos políticos, porque nuestra fe comienza a fallar ante la magnitud del desempleo en otras latitudes, la disminución de las remesas de los salvadoreños o los precios de insumos del exterior.
    El enfoque mediático actual no crea opinión pública para la solución de los problemas, lo que produce es un sentido de desconfianza política, busca la adhesión partidaria en lugar del encuentro ciudadano, esta situación no contribuye en nada a la gobernabilidad, ni construye el pluralismo democrático.
    A pesar de la saturación mediática existe consenso en mantener la unidad de poder, la estabilidad del régimen y abrir espacios para una nueva cultura política competitiva, por la renovación y recursos de la sociedad civil.
    Los resultados del futuro evento electoral no dependen de la saturación mediática connotando a: Tirios y Troyanos, sino de propuestas posibles para la crisis capitalista y las alianzas hacia la gobernabilidad en medio de tan precarias condiciones mundiales.