Acuerdo Patriótico
Caralvá
Nada une más a la nación como la tragedia sucedida en Guatemala, de los diputados salvadoreños miembros del partido ARENA. Las siniestras circunstancias, propias de la categoría de los peores criminales, nos llevan a condenar enérgicamente tan cruel suceso. Desde hace mucho hemos anotado sistemáticamente, la necesidad de ponderar el carácter nacional sobre los puntos de vista partidarios, porque al final esta visión limitada de partidos impide ver a los enemigos comunes. Estos enemigos comunes a la nación son el narcotráfico, las bandas del crimen organizado, los grupos antisistema, los terroristas, que para fines prácticos son los que se oponen al avance de la democracia.
El asesinato de los miembros del partido ARENA, nos refiere a un enemigo de la nación que pretende descarrilar el tren de la paz social, porque no puede existir objetivo peor para un pueblo que iniciar una nueva guerra política y exterminio de opositores.
De nuestra historia reciente tenemos una amarga experiencia de historias y tragedias, no es el momento de repetir acusaciones y contra-acusaciones que generan el nocivo hábito de la desconfianza, con el lenguaje de guerra: amigo-enemigo, como forma básica de una escalada de violencia que no terminará nunca.
La convergencia política hacia objetivos nacionales debe concluir en un Acuerdo Patriótico, por encima de los intereses partidarios.
Durante estos 15 años de paz social al menos existen avances positivos, avances que tienen el visible predominio de consenso y decisivos triunfos sobre conflictos sociales, uno de ellos es el sistema electoral, otro el sistema parlamentario y finalmente el modelo presidencial que da muestra de buena salud.
Antes de estos 15 años solo se pensaba que para solucionar los conflictos era necesaria la aniquilación del adversario, que era el camino de la fuerza y esta era la única vía, pero esto ha cambiado, porque en la práctica, a pesar de todo, existe una alianza real a favor de la democracia de todos los partidos políticos.
Un acuerdo patriótico es necesario. Un Acuerdo Patriótico que una a las dos principales fuerzas nacionales con el objetivo de la paz en momentos tan críticos, no solo hace visible el bien que puede hacerle a los partidos, sino el enorme beneficio para la nación en circunstancias tan dramáticas.
Existen señales de tempestades en el horizonte, señales de confrontación y el surgimiento de acusaciones sin fundamento lanzadas al viento, pero debemos llamar a la prudencia como mejor consejera, porque no es posible entonar cantos de guerra, sin presumir que los autores de este horrendo crimen están al margen de la democracia, al margen de la legalidad, sus intereses no son un Acuerdo Patriótico, ni una Convergencia Patriótica a favor de la paz, ellos desean que mañana se levanten las armas como hace 30 años y se incendie la nación para que su accionar se oculte en la miseria humana de una guerra civil.
La búsqueda de la unidad nacional es la mejor respuesta ante la barbarie. Estos son momentos de luto nacional, porque los miembros de ARENA han sido víctimas de sicarios apatridas, que carecen de honor y el asesinato nos hace reflexionar que la paz en momentos como este requiere de una gran valentía, porque en lugar de acentuar las diferencias, es necesaria la unidad contra todo grupo antisistema, todo grupo terrorista empeñado en destruir a la nación. Condenar este asesinato es construir patria, lograr un acuerdo patriótico por la paz debe ser nuestro futuro junto a las fuerzas democráticas.