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Neoludistas en El Salvador

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Caralvá

La crisis económica nos llevará a la unidad social o hacia la fragmentación nacional.
Aunque suene dramático, el generador de las crisis no reside en la nación, por este motivo es estratégico un Pacto Nacional de Unidad Política sobre un tema “no político”. Es muy similar el panorama de un desastre natural.
El caso: un discurso partidario tiene por estreches el “poder”, el cual se administra de diversas formas, pero en esencia es: Derecho, control económico, administrativo, la represión legal.. etc..
Si enfocamos la crisis bajo un esquema político el resultado es nuestra realidad, donde múltiples acusaciones de acá para allá o de allá para acá impiden el acercamiento de posiciones hacia soluciones posibles, en este caso dramáticas sobre los temas conocidos. Existen naciones que a pesar de la crisis económicas mantienen su agenda política bajo control con acuerdos mínimos, porque existe al menos la visión que la desaceleración económica nos acompañará un largo camino.
Nuestra realidad es el producto de años de desconfianza política, ¿cómo confiar en el adversario? Después de años con propaganda (de guerra) a favor del extermino del “otro”, ahora el resultado es nuestra realidad, la imposibilidad de acuerdos mínimos en una agenda económica en crisis.
Incendiar y destruir 2 autobuses (16JUN008), por elementos antisistema no deja duda que existen fuerzas centrífugas y probablemente en crecimiento dispuestos a equivocarse continuamente, ellos no tienen otro mensaje que las acciones ilegales y luchan contra los medios de producción, acción inaceptable e injustificada, porque pueden quemar toda la flota de buses y todas las gasolineras pero no lograrán nada, porque simplemente su mensaje y objetivo político está equivocado, porque la crisis económica mundial no es política. La incomprensible acción en la destrucción de los buses se parecen mucho al fracasado movimiento ludista, originado en Inglaterra del siglo XVIII por Ned Lud que incitaba a las acciones terroristas para destruir las máquinas, muy tarde comprendieron que el enemigo no son las máquinas ni los empleados que trabajan en ellas, la historia documenta mejor su errática evolución.
Para la nación lo importante es la convivencia y la tolerancia, atrás han quedado los años de lucha armada y acciones ilegales.
A propósito Irving Festcher en su libro: Tolerancia (Gediz, Barcelona 1994) indica las reglas básicas de la convivencia: a) a la mayoría se le exige respeto en relación con las minorías derrotadas mientras que las minorías deben acatar el veredicto de la mayoría; b) la mayoría debe estar siempre en condición de ocupar el lugar de la minoría, la cual podrá dejar un día de ser minoría, y c) la política no lo es todo, no debe serlo; al contrario, se debe propugnar una libertad que vaya más allá de lo político.
Este es nuestro caso, una crisis económica que no es política y la libertad e imaginación, para el encuentro de soluciones en estos momentos difíciles para todos…


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