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El resultado de las elecciones

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Caralvá

Me interesa que la democracia funcione, porque es la llave del Acuerdo Social para la gobernabilidad.
Nuestra vida dentro de la nación es un Contrato Social con la República al aceptar los resultados de las elecciones.
De todos modos dentro del contexto internacional, los políticos no tienen respuestas a la recesión económica internacional y sus máximas posibilidades pasan sobre la probable articulación con potencias exteriores, porque nuestra economía no puede estar aislada del concierto mundial.
Es lamentable que en cada elección caminemos al borde de un precipicio entre la guerra y la paz, como si un voto propiciara muerte y vida al mismo tiempo, esa condición es ridícula y coactiva, en otras palabras es: “una extorsión política”. Además en una democracia frágil el sistema de partidos políticos no es sostenible.
El camino correcto para las instituciones políticas es legitimar al modelo democrático generando puentes de comunicación permanentes durante el proceso electoral, no confrontando resultados parciales y aceptando los consolidados. Si existen comunicaciones informales sobre resultados parciales se generan consecuencias desastrosas para la gobernabilidad, que no solo se refiere a una administración, sino al espíritu de aceptar alternabilidad en toda su amplitud, después de los resultados.
Son conocidas las tensiones producidas por el evento electoral, recordemos que hasta la saciedad los académicos recomiendan estudiar la historia, pero el tiempo nos demuestra que ni el pueblo, ni los gobiernos aprenden de la historia, como decía Hegel (1770-1831) hace 3 siglos, pero es tiempo de visualizar más allá de la consulta popular, que una elección no es el fin de la historia nacional.
Es tiempo de escuchar las razones del otro, porque de continuar hasta el infinito con el lenguaje amigo-enemigo no llegaremos a nada. Algunos creen que este idioma solo es político, se equivocan también es económico, cultural, social, religioso, es un esquema violento que sirve para descalificar a toda organización diferente.
En democracia la minoría acepta los resultados de la mayoría, pero la misma dinámica funciona cuando la minoría se transforma en una nueva mayoría, con acceso a la alternancia y gobernabilidad; aceptar esta condición es la clave de la convivencia nacional en estos nuevos tiempos de paz.
Los resultados de las elecciones demostrarán si el sistema de partidos políticos ¿estabiliza o no a la democracia? ¿exageramos las funciones de los partidos políticos? O simplemente son inoperantes para las soluciones que requiere la nación.
Por estas razones la democracia debe funcionar ante las consultas populares, que al final son las legítimas lecturas de la voluntad popular.
La institucionalidad debe ser tan fuerte, que sus resultados permitan un día ver la alternancia política con la misma naturalidad de un nuevo amanecer.





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