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La peste traficada

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Caralvá

 

La misma proporción de acontecimientos violentos a lo largo del territorio nacional, parecen tener relación directa con el narcotráfico y crimen organizado que reside entre nosotros.

Las semejanzas con otras naciones que combaten estos síntomas alarmantes, son evidentes.

Parece que la geografía nos une en grandes corredores de violencia desde Estados Unidos hasta Suramérica, generando la degradación social en muchos ciudadanos que sucumben ante estas poderosas fuerzas del mal.

Son miles de acciones violentas e ilegales que penetran las estructuras sociales e institucionales, pero cuando la sociedad sanciona a los agresores se genera la aguda crisis carcelaria con sus ramificaciones explosivas. De esta forma las cárceles son el reflejo del combate entre la nación versus el narcotráfico y el crimen organizado.

Las redes de distribución de las drogas en diversas escalas, parecen coincidir con los crímenes que observamos a diario, ese mapa de muerte sigue el rastro de las drogas o territorios de control de bandas del crimen organizado.

Honrados ciudadanos son asesinados sin piedad, trabajadores del transporte colectivo, maestros, religiosos,  vendedores de pan, taxistas, etc. parece una nueva peste traficada de la humanidad en el siglo XXI. La peste traficada  es similar a la peste negra del siglo XIV, porque esta terminando con la vida de millones de personas.

A nombre de estas horrorosas banderas del narcotráfico se comenten todas los crímenes que observamos, ese es el fondo, un cáncer que destruye nuestro sistema democrático.

La lucha no es contra el sistema judicial, ni carcelario o un partido, es nuestro modelo institucional que se encuentra en peligro.

Desafortunadamente nuestra sociedad esta fragmentada, aún parece un sueño resolver por medio de la Unidad Nacional los temas que acosan a la ciudadanía, es posible que por esta razón no reaccionemos, pero la inacción nos lleva a la muerte social.

Ahora es tiempo de reconocer que tenemos un poderoso enemigo interno: el narcotráfico y el crimen organizado.

No existe solución a corto plazo, quizás no hay solución ni a largo plazo y debemos aprender a convivir-combatir con este mal, bajo nuevas reglas del juego.

Naciones como Colombia, México, Guatemala, los mismos Estados Unidos libran cada uno su lucha particular, al menos nos aventajan en experiencia.

Si ya convivimos con el narcotráfico y el crimen organizado en nuestras calles y barrios, es tiempo de seguir ejemplos de las naciones mencionadas y unir las fuerzas necesarias bajo un Consejo Defensivo Internacional contra este mal.

Las crisis carcelarias y sus graves consecuencias, deben tener las mejores respuestas institucionales, la unidad nacional es una de ellas.

www.cesarramirezcaralva.com

 

 

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