Caralvá
A propósito de la Juventud Militar: Mena Sandoval, Cruz, Fiallos, S. Brenes, realmente vinieron a la UCA, ahí discutimos la proclama, el programa económico y a su pedido les dimos orientación política.
Pero les hablaré también de la llamada telefónica que salvó mi vida.
Aquella mañana del 27 de noviembre de 1980, habían secuestrado a los dirigentes del FDR, a cierta hora de la mañana recibí una llamada telefónica, el autor de esa llamada era un miembro de la Juventud Militar, el Capitán Alejandro Fiallos.
En los aparatos de inteligencia del Ejército se manejaban los nombres de los dirigentes que se liquidarían, uno de ellos vio mi nombre junto a los del FDR, la comunicación efectiva entre ellos y su oportuno aviso me salvaron.
Concretamente, una anunciación de esa naturaleza debe tomarse en cuenta en toda su dimensión, eso explica porque salí del país por ese tiempo a España.
Hay que dar testimonio de vida.
La Juventud Militar fue un movimiento pro democracia que derrocó al Gobierno y planeó un programa de acción económica social y política satisfactorio, también expulsó del Ejército al Mando y a más de cuarenta oficiales, los más señalados en la represión y la corrupción.
Ha transcurrido 10 años ¿cómo se rejuvenecen las tesis correctas? Lo esencial es que las tesis permanecen vigentes a pesar del tiempo, sin embargo, el tener la razón es una verdadera piedra filosofal.
Los autores de ese Golpe de Estado fueron los jóvenes militares, ellos lograron aunar a casi la totalidad de la oficialidad en un proyecto reformista, que reconocía la calamitosa situación del país y la urgencia de abandonar un proyecto oligárquico, para colocarse a favor de los intereses populares.
Esto podrá ser retórica, excepto que este testimonio necesitó de la vida misma de aquellos jóvenes oficiales, que creyeron dar una oportuna respuesta a la situación del país.
Hay tantos hechos sociales para dar testimonio.
Desearía que llegaran los Coroneles que planearon mi muerte, los mismos que reunidos en un Hotel de esta ciudad, se preguntaban porque si hay represión, no se detienen las manifestaciones, alguien habría dicho que lo mejor era proceder contra las raíces y los troncos, uno de esos troncos era yo.
En fin, el esquema de la exposición está listo.
De todos modos espero que la ponencia no se confunda con una misa.
La misa tiene su lugar, mucho más cerca del corazón del hombre que una conferencia.
Esta por amanecer, es extraordinario vivir, mucho más si nuestras palabras recrean la vida.
Hay en esta atmósfera, diferentes argumentos para la paz, para todo lo que significa vida, para el compartir un esfuerzo por este pueblo que día a día debe ir a una tienda a estirar sus monedas, a pesar que su dignidad sea del tamaño del sol y ello sea un pequeño eclipse en sus bolsillos.
Total, ya sabemos cómo mueren los hombres que predican el evangelio, por eso nosotros los miembros de la Compañía de Jesús… lo predicamos a medias…
* Fragmento de la novela: La primavera salvadoreña, recuerda España
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