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2010: crisis económica y democracia

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Caralvá

 

Solo tenemos este presente, esta condición de fragmento que nos une a la vida, la fuerza de nuestra consciencia reside en este instante, sin más razón que la responsabilidad de constituirnos en arquitectos de este momento.

Hace muchos años Plotino haciendo referencia a Platón dijo: “el tiempo es la imagen inmóvil de la eternidad”. Así el año que finaliza nos deja grandes legados con enormes enseñanzas de vida y memorias… con desafíos constantes.

Algunos nombres de amigos y amigas parecen grabados en imágenes permanentes, puesto que adelantaron su camino hacia su horizonte de eternidad;  como todo en este mundo un día estaremos junto a ellos en silencio y sin prisas.

Es costumbre realizar un balance de buenas y malas noticias, pero la relatoría mediática en ocasiones riñe con la vida cotidiana de los ciudadanos, más preocupados por sobrevivir que por enterarse de las naciones que entran en recesión económica; Estados que arrastran  a miles de ciudadanos hacia otras realidades materiales.

De no ser por el maravilloso rescate de los mineros en Chile que demostró la solidaridad hacia los seres queridos, poco podría retornarnos la alegría de vivir en este planeta.

Mientras observamos la recurrencia de temas en el presente, nuestros ciudadanos claman  por la transparencia en la administración pública, elemento decisivo a pesar de la herencia negativa que no se puede solucionar en unos cuantos meses.

Existen conceptos recurrentes en el año 2010,  que probablemente serán temas constantes en los siguientes años, por ejemplo: violencia (crimen organizado, narcotráfico, delincuencia común), estabilidad democrática, reformas constitucionales, migración, política exterior, gobierno transregional, relaciones Estados Unidos-El Salvador, wikileaks... el conjunto de estos temas está subordinado a la crisis económica internacional que no superaremos hasta el 2013 según los expertos;  pero nos recuerda aquellas otras historias de crisis financieras de los años treinta, setentas y ochentas del siglo XX que provocaron golpes de estado, insurrecciones, protestas públicas , sin olvidar  la ruptura constitucional en Honduras en junio de  2008  que puede repetirse en cualquier nación latinoamericana.

Como quiera que observemos nuestra realidad, la economía está en primer plano para impulsar a los ciudadanos a la acción social, esta iniciativa apremiante se observa dramáticamente en las migraciones latinoamericanas hacia Estados Unidos y continuará a pesar de todo, puesto que no tenemos solución a corto plazo. Nuestros pueblos son obligados a emigrar por los desajustes económicos,  el crimen organizado, el desempleo y las antiguas políticas agrarias que arruinaron muchas economías de subsistencia familiar.

El baluarte que ha soportado esta crisis es la democracia en nuestra nación, el cambio de administración gubernamental ha permitido oxigenar al sistema en muchas áreas, así ha retornado a los amplios sectores populares la percepción positiva en la movilización social, la racionalización o la credibilidad en políticas de administración pública.

Es la democracia y el funcionamiento institucional la que permite la estabilidad actual, al menos es un buen concepto: “creer en instituciones y no en líderes partidarios”.

Este año ha permitido la unidad nacional en temas como la seguridad nacional, pero la clase política está en deuda cuando prefiere introducir criterios ideológicos en lugar de realidades históricas, a pesar de todo el 2010 aún nos permite ser optimista.

www.cesarramirezcaralva.com

 

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