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Violencia y un milagro sin armas

 

César Ramírez

@caralvasalvador

Después de las elecciones de diputados y alcaldes,  la legítima aspiración de la ciudadanía es la Paz Social para contener la violencia de los grupos organizados en bandas criminales y terroristas. Testigos somos de la buena voluntad de las autoridades al convocar una marcha para transformar la realidad nacional, además el despliegue por la policía comunitaria, los decretos: antiterroristas, antiextorsiones, extinción de bienes, iniciativas de reinserción de estos sujetos, propuestas de diversos sectores religiosos para convertir su alma hacia el buen camino, iniciativas para contener la violencia con otorgamiento de beneficios penitenciarios, etc. pero nada parece funcionar para detener el río de sangre sobre inocentes y elementos de la policía nacional civil. La situación implica el sistema jurídico, los jueces, fiscales, modelos penitenciarios además el complejo social para mantener a cientos de reos condenados y los centros preventivos para menores de edad, etc., éstos viven una crisis prolongada por el incremento de infractores de la ley.

El asesinato de 19 miembros de la Policía Nacional Civil son actos terroristas, son acciones que envían el mensaje equivocado a la nación, si el pasado 26 de marzo se efectuó una marcha por la paz con un aproximado de 700,000 ciudadanos pronunciándose por una salida honrosa a esta situación, el asesinato de policías desarmados y en licencia de trabajo nos anuncia que éstas personas antisistema no tienen ningún propósito de cambiar su modelo de vida. Parece el agotamiento de la seguridad nacional, parece que ya no existen propuestas políticas y todo fracasa en este momento histórico; la saga de iniciativas sociales ciudadanas, religiosas, humanitarias, internacionales etc., no llegan a nadie ni a nada y día con día  se agrede a la institucionalidad. En este panorama deprimente: ¿por qué no reformamos la constitución? si el sistema jurídico no funciona. ¿Por qué no abolimos las leyes que favorecen a los delincuentes?.  Si la defensa civil no rinde frutos ¿por qué no se avanza hacia los modelos superiores?;  al final si se intenta destruir la institucionalidad ¿por qué no se autoriza la legítima defensa, cambiando los conceptos fundamentales de derechos de los ciudadanos en general y se niegan los derecho a los agresores del sistema democrático?. El problema tiene solución, siempre y cuando prevalezca el orden constitucional como lo demuestra la historia nacional e internacional. No obstante si  agotados los modelos jurídicos, las propuestas pacíficas, o los estados de excepción etc., y  no pasa nada, entonces debemos esperar  la fiesta de la sangre en nuestros barrios.  Siempre es posible una solución política antes que una solución armada, pero el asesinato de policías envía el mensaje desafiante para medir fuerza con las instituciones legales, ya hemos vivido este panorama en otros tiempos, pero ahora se trata de la defensa del sistema político contra el crimen organizado y el narcotráfico, otras naciones nos preceden en esta acción como México y Colombia, me parece que la orgía de sangre es inevitable por el agotamiento de las propuestas pacíficas…

El asesinato de policías e inocentes ciudadanos, nos conduce al abismo de la irracionalidad, creo tenemos muy poca esperanza y no existen soluciones… excepto un milagro sin armas.

www.cesarramirezcaralva.com

 

paz desarmada

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