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  • La primavera salvadoreña, recuerda España (15)

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    Caralvá

     

    Día 14 (10 días antes del 10 de mayo).

     

    El siglo XXI anuncia en sus carteleras enfermedades incurables.

    Unas de ellas son las ciudades que no duermen, otras las entidades que no descansan como los bancos: 24 horas, 365 días; existen otras que nos vigilan perpetuamente, sin miseria.

    Sabía que esto no terminaría bien.

    Un día despertaríamos plagados de males insospechados, la falta de sueño, la usura al infinito y tanta vigilancia nos llevarían directo al colapso, seguro a un resfrío planetario.

    La historia ya no interesa a nadie, lo sabemos pero es un placer masticarla con sorbos de café.

    Frases viejas de discusiones amargas,  frases enfermas de siglos olvidados. Pero esta dolencia incurable destila argumentos artillados.

    La guerra fría también produjo enfermedades con el mismo apellido.

    Enfermos del resfrío despertamos en América Latina poco a poco, aspirando horizontes insospechados, pero todavía con calenturas del siglo pasado. De enfermos es calificar ahora a las personas en términos fríos, cuando sus creadores abandonaron esos términos hace muchos años.

    Por alguna razón más liberadora que esclavizante, es un deleite borrar  “antiguas”  anotaciones, citas que en un tiempo las consideraba banderas inocultables, tiempo después…

     

    Jorge Luis Borges: “Quienes dicen que el arte no debe propagar doctrinas suelen referirse a doctrinas contrarias a las suyas”.

     

    Años después: “Quienes dicen que el arte no debe propagar doctrinas suelen referirse a doctrinas contrarias a las suyas”.

     

    Octavio Paz: “La búsqueda de un futuro termina siempre con la reconquista de un pasado. Ese pasado no es menos nuevo que el futuro: es un pasado reinventado”.

     

    Pero con el dulce acontecer de las temperaturas y el olvido de los males respiratorios, un día hice lo propio: “La búsqueda de un futuro termina siempre con la reconquista de un pasado. Ese pasado no es menos nuevo que el futuro: es un pasado reinventado”

     

    Que condición tan extrema.

     

    Mis banderas ya no eran más.

     

    Resfriado en realidad, invocaba mi destino naturalmente tropical, mi propio signo y toda la comprensión por mis banderas rotas, mi camino contenía la respiración al identificarme en la jungla.

     

    Feliz muerte feliz.

     

    Me libero de mi caverna… caverna liberada.