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Cultura política exige competitividad

  • Asusta ser testigo

    Asusta ser testigo

    Caralvá

    Acaso son las 21: 14 horas, suficiente juicio horario para tratar de dormir un poco, pero existen compromisos que uno fácilmente se impone como privilegio de la vigilia.
    Todos en la nación conocemos esa palabra llamada política, su concepto nos impacta con diversas emociones, mucho más si estas contienen elementos históricos.
    Uno de los elementos que conduce a la política es la ideología, la cual definiremos como: conceptos que nos llevan a la acción, aclaro que es un elemento simple, para no entrar en los infinitos sentidos discursivos.
    Las ideas, ideales e ideología concluyen en las siguientes nociones: derecho, política y las instituciones, al final el derecho es parte del ciudadano y este tiene necesidad de los demás. Esto idealmente, porque amargamente sabemos que durante el siglo XX, algunas instituciones (nacionales e internacionales) estaban por encima de estos criterios, aún ahora, no concluimos plenamente en el derecho como parte de nuestra realidad.
    Quizás el famoso Estado de Derecho, sea inalcanzable, así como otras palabras con las cuales siempre estaremos en deuda, por ejemplo: justicia, igualdad, libertad y en otros términos: acumulación financiera, tecnológica, científica etc.
    La política podríamos anotar, es la culminación del derecho, como ya escribió el maestro Luis M.Farías en su libro: Así lo recuerdo, de ahí que usualmente la mayoría de los políticos sean abogados, aunque no necesariamente deban serlo.
    Hemos conocido a fuerza de violencia, una política extraña a los libros hasta 1992, así nos encontramos poco a poco en esta convivencia entre partidos durante el momento electoral, que ofrecen diversas plataformas, a las cuales llamamos ofertas políticas.
    Los partidos políticos tienen una dinámica de movimientos, los cuales pueden ser de opinión, movilización, acciones legales e ilegales.
    Podemos ver como las voluntades se mueven bajo diversos colores, esto es lo mismo que durante la guerra civil, bajo diversas banderas la sociedad se aferra a un criterio político, ya sabemos cuales son los resultados de esa guerra… la creación de una nueva institucionalidad.
    Si bien la política es una actividad que busca resultados, lo que a nuestra vista tenemos como resultados de las gestiones administrativas de los últimos 3 años, se convertirá en voto ciudadano.
    De ahí la política en sus escenarios: el mejor es la política para hacer el bien, como elemento natural del derecho. Su lado oscuro tiene diversos nombres: fraudes, golpes de estado, intervenciones militares, eliminación de adversarios políticos, campañas sucias etc.
    Dos criterios a reflexionar. Primero: Si no se democratiza en profundidad, entonces no existe voluntad política para resolver los problemas conocidos. Segundo: Si no se permite el avance del pluralismo, la nación caminará hacia la miseria de gobernabilidad.
    Lo más razonable es permitir el avance del pluralismo, eso abrirá las puertas de la conciliación, aunque en realidad asusta ser testigo (sin protección) de estos criterios.
    De ahí que la participación ciudadana en estas acciones es crucial para descubrir la cultura política y en sus prácticas, el logro de los medios para la estabilidad, junto a la pluralidad con unidad del poder.
    La nueva Cultura política exige competitividad, incluyendo estratégicamente a la sociedad civil.