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contra la democracia

  • En (contra la) Democracia

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    Caralvá

     

    Un estado democrático permite la libertad de expresión en sus diversas modalidades, la mejor prueba de estas condiciones se puede observar en los medios de comunicación, donde consta ese racimo de multimedios que los ciudadanos tienen a disposición para sus expresiones.

    La libertad además esta asociada a la propiedad privada, puesto que indiscutiblemente vivimos dentro del modelo capitalista, el cual permite esquemas de realización bajo leyes nacionales e internacionales.

    Esta situación capitalista entre propiedad privada y libertad irradia todo el quehacer social.

    Efectivamente poseemos enormes redes sociales con medios informáticos, pero estas continúan siendo ajenas, en otras palabras la revolución de comunicaciones es una revolución de medios privados, que se deben tomar en cuenta mientras disfrutemos de la democracia bajo el concepto que el arte de la política significa el rigor de la sociedad posible, no la nación soñada en nuestras mentes y bajo condición que la democracia dure al menos cuatro generaciones.

    Las redes sociales, las telecomunicaciones, la disponibilidad de sitios de reunión, la libre circulación por el territorio nacional, la correspondencia, la libertad de asociación ciudadana son algunas de las instancias que cualquier ciudadano tiene a su disposición para hacer visibles sus opiniones personales o civiles.

    No obstante algunos sectores de nuestra sociedad no comprenden el momento histórico y privilegiado que vive la nación, parece que las huelgas son el primer recurso sindical y las acciones violentas son el primer punto de agenda para solucionar las diferencias entre trabajadores y empresas, o dentro de los modelos institucionales, sin percibir que el daño a terceras personas al paralizar labores como medida de presión es innecesario y delictivo.

    El punto de las huelgas no es si son justas o no, puesto que serán evaluadas como correctas o incorrectas en su momento histórico, un ejemplo reseñado en La Revista:  La Universidad No. 6, de 1971, el artículo: La crisis de 1929 y sus consecuencias en los años posteriores, año 1931 en la administración del Ingeniero Enrique Araujo: “el Partido (Liberal) que llevó al poder al ingeniero  Araujo, no dispensa, por ahora,  tal simpatía ni tal acatamiento  a la política del actual gobierno” su propio partido organizó manifestaciones en su contra debilitando su apoyo social y facilitando el Golpe de Estado en diciembre de 1931; más recientemente en la historia nacional algunos movimientos populares también cometieron errores al precipitar acontecimientos en lugar de consolidar la democracia, ejemplo en 1979 con el Golpe de Estado efectuado por la Juventud Militar e instalación de la primera Junta de Gobierno, aquella primera oportunidad de solución política fracasó y precipitó la guerra civil en los siguientes 12 años.

    Las huelgas en democracia tienen carácter saludable porque humanizan el capitalismo, estas huelgas se cuidan de dañar a terceros, mientras las huelgas que están contra del modelo confunden los movimientos sociales con fuerzas de intervención contra la democracia y propician el retorno al autoritarismo.

    El momento histórico otorga la oportunidad de construir la democracia, donde el presidente de la República es el generador de consensos nacionales, su partido es el encargado de apoyar estos eventos, mientras las instituciones funcionan plenamente.

    www.cesarramirezcaralva.com

  • Rumores terroristas contra la Democracia

     

     

    Caralvá

     

    El lunes 19 de octubre, un rumor recorrió los medios informáticos en sus diversas expresiones por toda la ciudad de San Salvador, curiosamente con mucha precisión se divulgó la especie negativa en: empresas, instituciones, padres de familia etc. en pocas horas las redes sociales en sus diversas modalidades comunicaban la “mala nueva”, no era para menos, los rumores terroristas incluían:  “asesinatos indiscriminados a estudiantes”, “toque de queda”, atentados contra la vida de los ciudadanos en general.

    De igual forma que hace meses,  un “toque de queda” había sido decretado por el crimen organizado en el Centro de San Salvador, ahora la especie se extendía a otros puntos de la ciudad, con resultados que afectan a la ciudadanía en general.

    La situación no esta para dejar pasar las amenazas, el incremento de asesinatos contra los trabajadores, las extorsiones, la coacción de menores de edad etc., no son acciones aisladas, son realidades que golpean a la ciudadanía en general, de esta forma los homicidios suman más de 3,000 en el transcurso del año.

    Bajo esta circunstancia acontece el rumor terrorista, con una escalada acciones informáticas sin precedentes, puesto que el uso mediático ya no tiene objetivos criminales sino se propone atemorizar y desmoralizar a las poblaciones, creando esquemas de ingobernabilidad, para desprestigiar el avance democrático en la nación.

    Pero estas dos situaciones (rumores y delincuencia) parecen acontecer en forma simultánea, dos situaciones que tienen distintos tratamientos, el accionar de la delincuencia obliga al Estado a reformas en las leyes vigentes, reformas que probablemente cambiarán nuestra visión hacia los delincuentes y en el otro caso de rumores terroristas, propician  la creación de nuevos organismos especializados que controlen estas especies desinformativas que solo benefician a los enemigos de la democracia.

    La delincuencia no cuestiona la democracia real, la delincuencia fractura el sistema de seguridad nacional y todos sus conceptos, pero en el fondo estos grupos son antisistema se ubican al margen de las leyes, violan los derechos humanos y no se integran a la sociedad. No existe una salida fácil a este cáncer social, pero nunca será tarde para invocar la re-educación de estas personas y su inclusión a trabajo honrado, a pesar de todo, ese largo camino hacia la re-educación y rehabilitación es preferible a la violencia.

    En el otro caso, rumores terroristas contra la democracia, su objetivo principal es alarmar a la población, porque detrás de estas desinformaciones se encuentran personas desesperadas por la consolidación y el avance de la democracia salvadoreña.

    Los rumores terroristas y la delincuencia deben ser dos puntos de encuentro para los partidos políticos a favor del consenso y la gobernabilidad de la nación, porque es la democracia la más vulnerable con estos factores desestabilizadores.

    Nos interesa como ciudadanos, la consolidación de la democracia y el funcionamiento de los partidos políticos dentro del marco institucional, puesto que a fin de cuentas no es la nueva administración la que padece de credibilidad con los elementos antes mencionados, la acción sospechosa es la férrea oposición a construir consensos para condenar estos actos terroristas, actos que se oponen a la gobernabilidad y la consolidación del  avance democrático en El Salvador.

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