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el salvador 2012

  • Elecciones 2012: novedades conocidas hace 40 años

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    Caralvá

     

    La percepción que tenemos después de las elecciones es que el partido de la oligarquía ha triunfado sobre el partido de los proletarios, o el partido anticomunista triunfó sobre el partido de los marxistas-leninistas, condición miserable para una legítima democracia, ello provoca una falsa alegría o tristeza,  puesto que las elecciones se transformaron en batallas con el saldo de militantes fallecidos, atentados terroristas (uso de granadas, esparcir químicos en la sede del partido rival con muchos intoxicados), desinformación, campañas negras, grises, rojas etc. ¿ésta es la democracia que queremos?; de nuevo escuchamos los cantos a voz de cuello que pidieron la muerte del adversario y la respuesta no fue menos contundente. Al finalizar el proceso electoral, la realidad muestra signos decadentes en los aspectos del ejercicio del voto, existen denuncias de fraudes, delitos electorales, llamados a no votar, coacción de electores en poblaciones, agresiones contra las residencias de los opositores, suplantación de miembros en juntas receptoras de votos, turbas que causan daños en centros de votación, además del abstencionismo que en el fondo beneficia el caos institucional y deteriora la credibilidad en el sistema democrático. 

     

    Hemos sostenido que la diferencia entre partido de gobierno y poder ejecutivo es un logro histórico, condición que es un cambio educativo trascendental, los errores cometidos por un partido se reflejan en sus contenidos programáticos o las propuestas de leyes, declaraciones, dirección interna etc, mientras en el gobierno los desaciertos se reflejan en algunas políticas administrativas que han causado daño en diversos sectores sociales, muchos sectores de clase media han perdido el inicial entusiasmo por una mejoría en el horizonte democrático, estos desaciertos no permiten la movilidad social. Pero también han existido notables éxitos, de tal forma que si buscamos culpables los encontraremos, si buscamos soluciones estas pasan por modernizar las formas de participación ciudadana.

     

    Tenemos la percepción que un voto es igual a la democracia, condición muy pobre para las aspiraciones de muchos ciudadanos que después del 11 de marzo no tendrán ni voz, ni voto en las grandes decisiones hasta el año 2015, un poco triste puesto que hasta ahí llegó nuestro sentido de decisión política, a partir de ahora los ciudadanos que votaron por un diputado no tienen ningún mecanismos para influir en los depositarios de ésta representación, no recibirán información sobre su actuación, ni sus decisiones, menos si se convierte en tránsfugo a mitad de período. Nuestro momento político no debería terminar solo en el voto, pero al menos la institucionalidad funciona, la democracia se fortalece, ahora cada quién a ganarse la vida como pueda, a la realidad capitalista y el trabajo honrado.  Desolador el panorama para los siguientes años y esto no cambiará nada a mediano plazo, excepto si surge el liderazgo para formar consensos nacionales desde el poder ejecutivo, junto a los partidos políticos hacia los objetivos que nos unen bajo una sola nación.

     

    www.cesarramirezcaralva.com