Caralvá
La solución política en la República de Honduras se visualiza por los siguientes elementos: la movilización mundial contra el Golpe Militar, el rechazo internacional contra el asalto a la institucionalidad, el retiro de embajadores de naciones democráticas, cese de ayuda internacional, organización de la resistencia interna, condena internacional por cierre de medios de comunicación etc. ante este panorama la salida a pesar de ser difícil, tiene como requisito indispensable aceptar un proceso de diálogo entre las partes, en este momento la propuesta de Oscar Arias (Costa Rica) es la única en firme, otras propuestas no tienen base real.
En el caso de la propuesta de San José, el retorno del presidente Manuel Zelaya al poder debe ser el primer elemento a considerar dentro del marco institucional, los siguientes puntos pueden ser aceptados con más o menos rigor por las partes, entre estos conceptos tenemos: la formación de un Gobierno Provisional multipartidario, un gabinete de transición, nuevas fechas del proceso electoral, el retorno a la institucionalidad, indemnización por daños a terceras personas, además este período debe estar bajo el mandato del presidente constitucional puesto que de otra forma Honduras no será víctima de una nueva revolución social, sino prisionera de la bancarrota financiera, condición mucho peor que un cambio social violento; recientes declaraciones de expertos consideran que Honduras ha perdido por la aventura golpista: $400 millones en ingresos en solo 90 días, un promedio aproximado de $4 millones por día.
Esta pérdida económica tiene por origen el toque de queda, suspensión de garantías ciudadanas, inseguridad comercial, cierre de medios de comunicación, acceso a préstamos internacionales, incertidumbre laboral etc. muy tarde han comprendido los golpistas que la democracia es la mejor respuesta a cualquier crisis y es el mejor camino para resolver las diferencias entre grupos de poder e intereses.
No obstante en medio del desastre político, la crisis económica y la ruptura del contrato social, la solución política debe comprender el retorno a la institucionalidad en todas sus formas, la renuncia de los golpistas o su inhabilitación política por años, un nuevo acuerdo político entre la sociedad hondureña con objetivos constitucionales más allá de un proceso electoral; recordemos que las elecciones solo son una parte de la institucionalidad democrática, su ejercicio no significa legalidad instantánea, ha acontecido que dictadores realizan elecciones periódicas para justificar sus cargos, como el caso salvadoreño del General Maximiliano Hernández Martínez que gobernó por 14 años y existieron falsos procesos electorales controlados por un Régimen Policial… conste que llegó al poder por un Golpe de Estado en 1931.
La solución política a la crisis provocada por el Golpe Militar, tiene ahora a sus actores principales en Tegucigalpa: el presidente constitucional y la legalidad versus los golpistas.
Existe una gran lección en este Golpe de Estado en Honduras, los grupos de interés y poder que apoyaron el evento ilegal, son los verdaderos artífices del daño a la nación y el costo de esta acción significa la ruina económica; por supuesto que pueden recuperarse a largo plazo, con el retorno a la democracia y la salida inmediata de los golpistas del poder político.