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vaticano oposición a iglesia popular

  • Monseñor Romero

    Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Ignacio Martín Baró, Jesuitas asesinados en El Salvadormedium_29MAR007_JEsuitas.2.jpg



    Caralvá

    Ignacio Ellacuría habría escrito así:
    “Algunos dicen que: “la Iglesia es la Compañía de Jesús” a lo mejor se olvidan que la Compañía de Jesús no es la Iglesia de muchos….
    Sólo la Historia demostraría quien tenía la razón. Nosotros estuvimos acertados, eso lo prueba la Historia, eso da felicidad.
    En la Casa Pastoral, mis textos están acomodados en el mismo orden de una biblioteca, no son cosas, los libros tienen ese espíritu de Nuestro Señor, tienen voz, ellos me provocan un sentido reverencial, son depositarios de tantas enseñanzas.
    Por cierto que el gran aporte del pueblo hebreo al mundo, fue descubrir la historia escrita, por ello se reunían a orar en las sinagogas, por ello lograron sobrevivir a tanta dominación extranjera. Aprender de la historia es cuestión de los sabios, de ellos debemos aprender. Además los libros y sus palabras son cosas vivas, se escriben en las conciencias de las personas.
    ¿Cómo olvidará un campesino el texto: tú eres hijo de Dios?
    Reviso aquellos textos queridos, veo sus líneas y sus interlíneas, si el movimiento existencialista leyese esto, de seguro me tacharía de ser un fenomenologista; los libros son las mejores compañías en las finitas horas de desvelos, ante ese más allá, para resolver la realidad concreta.
    Bueno, sobre Monseñor Romero lo que debo dejar claro son sus Cartas, la primera es: “La Iglesia Cuerpo Histórico de Cristo” los asistentes creerán que estudiaremos teología, pero no, esa es la misión de la Iglesia.
    Recuerdo que la segunda Carta Pastoral de Monseñor Romero fue escrita conjuntamente con Monseñor Rivera y acompañada de una serie de comentarios, entre otros de Jon Sobrino y de mi mismo. Este libro tiene su pequeña historia, porque cuando Monseñor Romero, en una de las veces que estuvo en Roma, le encontraron este libro encima de la mesa, el Cardenal B… le dijo: “Monseñor Romero, está usted allí con muy mala compañía”; esta era la Segunda Carta de Monseñor Romero.
    Finalmente la Tercera Carta: “La voz de los sin voz”, donde se enfrenta la situación de país.
    No puedo ver un hecho social aislado, casi todo tiene ese elemento de contexto que provoca un conjunto de acciones que son en síntesis: la Historia. En ello han existido hombres como Monseñor Romero, él también tenía misión, tenía su vida cristiana ante la realidad de la muerte, no porque la muerte sea una consejera de la situación religiosa, sino porque la violencia contra la Iglesia crecía en la misma manera que las palabras cristianas, de ello se cobró consciencia con la muerte del Padre Rutilio Grande, que fue provocada por una estructura oligárquica, con un proyecto opuesto a la evangelización, esta muerte premonitoria fue la que cambio la vida de Monseñor Romero, es necesario comprender esto, Monseñor Romero es el hombre de mayor magnitud en el Siglo XX en El Salvador. Finalmente anotar de Monseñor Romero que su pensamiento lo sintetiza la frase: “Yo no me puedo callar” con la clara referencia a la opción preferencial por los pobres, pero no por fanatismo de preferir algo, como si fuese opcional beber una limonada o agua mineral, sino porque el proyecto popular es fundamentalmente bueno.
    Hablar de Monseñor Romero es casi como hablar de la conciencia popular de este sufrido pueblo, quizás Monseñor Romero lo único que hizo fue expresar lo que muchos no tenían el coraje de decir.”

    http://www.diariocolatino.com/opiniones/detalles.asp?NewsID=3443