Caralvá
El crimen organizado está fuera de todo contexto legal, su existencia es absurda, no obstante viven para secuestrar octogenarios, cipotas escolares, reinas de belleza etc. Su accionar está en las calles, las ciudades y ejecutan acciones horrorosas. Si estos señores del crimen organizado caen dentro del sistema legal, se defienden a nombre de la democracia y los tratados de derecho internacional, son los mismos derechos que ellos han negados a sus víctimas.
Ante las condiciones de violencia extremas de estos grupos con diversas nominaciones, nuestra sociedad muestra signos de “voluntad” hacia la unidad para afrontar el vicio delincuencial.
La unidad se crea, es producto de las relaciones fundamentales entre los ciudadanos, es generada por la confianza hacia las instituciones, los líderes políticos, iglesias, la credibilidad en la clase política etc., al concluir el largo listado de características, el trabajo para crear la unidad resultante será harto difícil.
¿Qué es la confianza o unidad de la nación?.. hay muchos elementos pero veamos algunos: Confianza es distribuir las campañas publicitarias estatales igualitariamente en todos los medios de comunicación social, confianza es rendir cuentas de los impuestos estatales y que todos paguen por igual sus impuestos al Estado, confianza es abandonar todo signo de calificación de guerra a los adversarios políticos y posiciones partidarias inflexibles; el tiempo exige audacia e iniciativa ciudadana.
En ocasiones hemos creído estar cerca o ser parte del Estado por algunas buenas acciones a favor de la ciudadanía, esto sucede cuando nuestras aspiraciones han coincidido con los lineamientos del poder ejecutivo, en otras ocasiones las propuestas legislativas son dignas de aplausos, pero cuando el Poder Judicial no investiga a los jueces con fallos tan asombrosos como liberar a secuestradores, ampararse en boberías para liberar a criminales, ignorar pruebas justificando interpretaciones individuales, etc., el golpe de esa acción es recibido por miles de víctimas desamparadas, a las cuales se les ajustarán las cuentas por los delincuentes recién liberados…con el aval de estos célebres jueces.
El crimen organizado con su accionar terrorista, nos conduce al extremo de preguntarnos: ¿debemos sacrificar los derechos ciudadanos a favor del poder absoluto del Estado? o ¿pedir cuentas sobre: derechos, cuentas fiscales, legitimidad, invocando la unidad ciudadana?.
El centro de gravedad es el interés superior de la nación: liberarnos del crimen organizado, porque si la unidad no se logra, no faltarán cantos de sirena proclamando Golpe de Estado y totalitarismos mesiánicos.
La opinión pública clama acciones valientes de las autoridades, pero algunas instituciones parecen estar atadas a conceptos que invocan preceptos al estilo suizo. Estos defensores invocan criterios activos a favor de los criminales, olvidando que nuestras calles están manchadas de sangre de tanto transportista y cobrador asesinado por los sicarios. Es un momento histórico… el dilema es aumentar el poder de Estado a favor del poder Ejecutivo sobre el poder judicial, los partidos políticos y la misma constitución, con una única razón: salvar a la patria del peligro del crimen organizado o continuar como hasta el momento, sin realizar ningún sacrificio ciudadano.
La discusión entonces se transforma en un Acuerdo de Derecho y la comunidad de intereses nacionales… construyamos la confianza y unidad junto a los líderes nacionales.
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