Caralvá
Asistí al evento de la iniciativa privada este 27 de noviembre. Pocos faltaron a la cita, al menos eso me pareció por el ángulo que ubicaron a mi empresa, la disposición de las mesas era poco agradable, incluso para observar el podium, pero aquello lo compensaba al menos las pantallas distribuidas en todo el salón. Aún estaba fresco el mensaje del exprimer ministro español José María Aznar, durante el VI ENADE: “Existen gobernantes light” estos no toman decisiones y eso es muy fácil, uno debe tomar decisiones, porque tomar decisiones es muy difícil”… “Un gobernante nunca encuentra un momento oportuno para hacer reformas, porque los ministros y asesores tienen otras apreciaciones, ellos dicen: “no te compliques la vida, no hagas nada”… de esas palabras han transcurrido doce meses. Como en aquella ocasión mi adicción a tomar notas me llevó a escribir sobre la pequeña libreta, confieso que me sentí en realidad extraño, ya casi nadie toma notas, en el horizonte solo uno de cada 10 o 20 invitados practicaba ese ejercicio mental, a lo mejor lo consideran primitivo, en mi caso lo hago porque no confío en mi memoria y soy incapaz de inventar nada…
El evento presentó el documento: “Iniciativa El Salvador 2024” que contiene notables propuestas, tantas que parece que copiaron muchos de los editoriales publicados por este medio, “sin mencionarlo por supuesto”, pero esta feliz coincidencia contribuye a la paz social y la gobernabilidad, enhorabuena.
No obstante, el documento es contra el subdesarrollo pero debemos ser más agresivos, mucho más dispuestos a las inversiones en el rubro social, las cuales deberían ser triplicadas o cuadruplicadas, porque la violencia tiene límites geométricos mucho más allá de los cálculos conservadores actuales… y no hay solución a corto plazo. La inversión podría ser el número resultante del costo para evitar que un chico de la calle (o cualquier joven marginal) ingrese a las pandillas, se arme y cometa crímenes…esa cantidad multiplicada por miles es el costo que debemos pagar todos.
En cierto modo se cumple aquello de marchar juntos como nación, porque tenemos enemigos comunes: la delincuencia, el crimen organizado, la pobreza (“la peor violencia” Ghandi), la corrupción.
El documento tiene reflexiones finales: 1 Unidad Nacional, 2: Actitud, cambio cultural y participación ciudadana, 3 Planificación del desarrollo… esto es ideal, principalmente cuando viejos temores de fantasmas históricos, se vienen abajo con la administración de nuevos gobiernos latinoamericanos y los desastres apocalípticos pronosticados no suceden. Tomar decisiones a favor de las reformas políticas, sociales y económicas son formidables muestras de voluntad política, en ese importante rubro divulgarlo en todos los medios de comunicación sin excepciones, aún esta pendiente.
Existen desafíos concretos para la nación, entre ellos la transparencia de la administración, la elaboración de leyes con participación de los involucrados, la gestión ciudadana en la delegación de las decisiones a los diputados, alcaldes, etc. porque los delegados para decidir por nosotros (gobierno, diputados, alcaldes) no recuerdan a sus electores hasta la época de campaña política…
Trabajar en la prevención de la violencia es lo mismo que combatir el subdesarrollo, participar es un compromiso nacional, al menos cuando lleguemos a ese año espero seguir contribuyendo desde mi sitio en la mesa empresarial… escribiendo.
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