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Crímenes, asaltos y un conductor que salva la vida de joven

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Caralvá

La avenida desierta es signo de días festivos.
Regresaba de la hacienda con sus compañeros de trabajo como cada fin de semana.
La agricultura necesita presencia y aquella noche dos compañeros acompañaban a Ricardo, uno de los trabajadores bajó antes para acortar su camino, mientras el auto se encaminó hacia el semáforo.
En la intercepción de las calles, como engendros del mal, salieron de la oscuridad tres individuos armados, que rodearon el auto y procedieron al asalto, los despojaron de todos sus bienes, luego sin mediar palabra descargaron sus armas contra los ciudadanos. Ambos fallecieron.
Los delincuentes fueron identificados como miembros de las maras, por testigos que pasaban en otro auto. La vida de dos ciudadanos fue cegada en forma cruel y sin piedad.
Es cotidiano el convivir con la delincuencia… recientemente en un autobús, un sujeto desenfundó su arma al estilo de las cantinas del oeste norteamericano, los pasajeros se apretujaron contra las lámina de su asiento, trataron de flexibilizar la estrecha plaza de dos asientos, mientras aquella arma se paseaba sobre las cabezas de todos, hasta llegar a la tuya, entonces te ordena entregar documentos y objetos de valor, nadie se atreve a respirar, segundos después huyen entre las calles de la ciudad. Nadie fue herido, solo las economías de los ciudadanos.
La muerte no está lejana y las historias se repiten. Ayer un ingeniero, hace unos días un conductor, trabajadores, maestros, amas de casa, abogados, todo el catálogo de carreras universitarias o sin ellas, la ciudadanía es víctimas de la delincuencia.
El viernes por la noche, recibimos la desafortunada noticia que un familiar fue apuñaleado por robarle un celular.
El chico se dirigía a casa después de cumplir su jornada laboral, abordó un microbús y a unas cuadras de su destino, su celular se activó, momentos después dos niños se acercaron y le pidieron el celular, él no se los entregó, en ese instante, 5 individuos que viajaban en los asientos posteriores le agredieron, lo apuñalaron y lo despojaron de su teléfono.
Él, aún sorprendido por el ataque no percibió sus heridas, instantes después sintió calientes sus piernas y su rostro, con sorpresa vio ensangrentarse sus pantalones y cara, perdiendo la conciencia segundos después.
Los pasajeros conmovidos por la acción llamaron al conductor, que inmediatamente se dirigió a la policía de la zona y luego al hospital.
Otra señora usuaria llamó a casa.
Así el joven recorre en cuestión de minutos, el trayecto entre la vida y la muerte por el robo de un celular.
El conductor del microbús salvó la vida de un joven y por caridad de una usuaria se realizó una llamada a la familia que fue avisada oportunamente.
Así como existen malhechores, también existen hombres y mujeres de bien, por quienes cobramos conciencia de las acciones ciudadanas que debemos imitar.
Las acciones ciudadanas salvaron la vida de un joven, esas mismas acciones un día salvarán a la nación.

http://www.diariocolatino.com/opiniones/detalles.asp?NewsID=3508

Comentarios

  • Tienes razón: la honestidad y el compromiso ciudadanos (como en el vuelo 93 de United Airlines) son invaluables.

    ¿Y la policía? ¿Son los policías unos ineptos? Creo que no, se la fajan con bajos salarios, arriesgando su vida y acumulando experiencia. ¡Son sus jefes que no brindan DIRECCION! Y no la brindan no porque haya una "conspiración contra los pobres", ni porque sean tontos o haraganes... Sino porque las lógicas ancestrales del mundo burocrático salvadoreño les exige en conciencia estar más pendientes de sus "contactos" que de sus trabajos. Andan "socializando" en eventos, seminarios, entrevistas, inauguraciones, "reuniones", edecanes, culitos, boquitas... y no les queda tiempo de trabajar.

    Parece mentira: pero si un funcionario trabaja e ignora el absorbente protocolo ¡Se acaba!

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