Caralvá
Primero no hacerse muchas expectativas para el cambio social, porque este implica un proceso de largo alcance, quizás generacional, los cambios en este campo son lentos, esa es la palabra clave.
Para un cambio se necesita de las reformas a las cuales apunta una transformación cultural y acá para reformas suficientes con la Salud y Educación, cada una tiene compendios de propuestas.
Pero la conducción del cambio no significa lo mismo para los diversos públicos sociales, ni para las instituciones, tampoco para los ciudadanos.
Para los ciudadanos el cambio debe ser la apertura del diálogo con la sociedad, significa que la figura de personalidades independientes se pronuncien o se escuche su voz aunque no pertenezcan a partido político alguno; impulsar estos mecanismos con las herramientas que la sociedad dispone en tecnología es un avance importante como: Internet, foros, asociaciones, ONG, colocando a los ciudadanos como miembros plenos y no solo referentes indirectos en procesos electorales.
La conducción del cambio debe ser por y para los ciudadanos no solo de un partido político, en esta condición las ONG son voces representativas, pero ello no significa que deben estar afiliadas a un partido político, porque desde hace unos años, si una ONG no tiene un padrino político no tiene futuro, simplemente perece en muchas ocasiones, por inanición de fondos.
Recuperar la credibilidad en las asociaciones ciudadanas es una meta urgente, puesto que en ellos reside la fuerza para ejecutar los cambios sociales.
La conducción del cambio no es solo para reformar al Estado, ni un partido político, a fin de cuentas es una propuesta cultural de participación en las grandes decisiones.
En todo caso la modernización de la sociedad en muchos casos conduce al cambio, de ahí que el Estado debe modernizarse constantemente en materias como: recursos Hídricos, nuevas formas de energía, Seguro Social, Política del Emigrante, Identidad Cultural, promoción ciudadana y otros.
Para la ciudadanía en general, el cambio y su conducción es: “un acuerdo político entre los partidos políticos sobre materias que involucran a la nación: seguridad, estabilidad laboral, crecimiento económico, transparencia con los dineros del pueblo, pago de impuestos para todos, inversión pública en investigaciones académicas, etc.”, puesto que en tiempos pre-electorales lo que vemos y escuchamos son productos políticos que no significan “acuerdos” solo venden “desacuerdos”, no vemos unidad sino rupturas y al final banderas de guerra, justificando muerte de inocentes.
La ciudadanía necesita respuestas a las demandas sobre el desempleo, la pobreza y con mayor razón la pobreza extrema, la desnutrición infantil, etc, al iniciar la conducción del cambio social en esta dirección, no importará la bandera del partido político que acepte el desafío, la nación reconocerá inmediatamente esta valiente acción y sin duda ganará en el presente, el futuro que la nación necesita.
http://www.diariocolatino.com/es/20080117/opiniones/51234/