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Diálogo: rendición de los golpistas hondureños

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Caralvá

 

Los golpistas en la República de Honduras, no tienen futuro.

Su única salida es deponer sus cargos y que la nación retorne al Estado Democrático.

El reconocimiento de Manuel Zelaya como presidente constitucional de Honduras por diversos organismos internacionales, a pesar de haber sido expulsado por un golpe militar, marca el rotundo fracaso de una maniobra político-militar, que pretendía ser el ejemplo en América Latina contra el avance de la democracia en nuestros pueblos, porque la democracia todavía es subversiva y peligrosa para las personas nostálgicas de las dictaduras; no obstante el manotazo militar propicia su propia derrota, puesto que ni una sola nación del mundo justifica, ni la memoria de las dictaduras militares, ni la represión contra sus pueblos.

Los golpistas en Honduras en su desesperación por aferrarse al poder recurren a la violencia, instauran el estado de sitio, suprimen los derechos ciudadanos, desinforman a la población, controlan a los opositores políticos, expulsan al primer ciudadano a punta de fusiles y este retrato es tan similar a los años de las dictaduras que nadie defiende ni cree en sus argumentos.

El Golpe Militar en Honduras comienza a mostrar fisuras, en su desesperación de reconocimiento diplomático envía delegaciones al vacío porque nadie las recibe, ni en Estados Unidos, ni Europa, hasta la Interpol rechaza las misivas de captura internacional, bastante triste para sus aspiraciones de poder y legitimidad.

Los diplomáticos “leales al golpe” pierden su imagen forjada durante décadas en embajadas del exterior, mientras otros son destituidos sin ninguna explicación; todo es posible en la dictadura hondureña.

Los golpistas pretenden perpetuar el miedo en la población, pero su error político es  haber roto el “Contrato Social” entre gobernantes y gobernados, han provocado una situación “pre-insurreccional”, donde los gobernados no aceptan a los representantes golpistas amparados en maniobras pseudolegales y a pesar de la represión, la población pierde el temor a las armas golpistas…

El fracaso del Golpe Militar es de tal magnitud que puede medirse en la suspensión de toda ayuda internacional, esta contabilidad son millones de dólares que dejan de fluir en diversos proyectos, pero esto solo es el principio, pronto el comercio internacional se verá afectado por la desastrosa “imagen de nación” proyectada al mundo, nadie desea ayudar a una naciente dictadura comprando los productos que pagan impuestos para un gobierno de facto, ni llegarán turistas, ni existirán nuevas inversiones, el mensaje al mundo es: en Honduras los fusiles deciden todo y la democracia debe pedir permiso al ejército, desafortunadamente los pobres terminan pagando la ausencia de la democracia, es el pueblo hondureño el que pagará el costo del fracaso de los golpistas, porque a ellos solo les interesa el poder.

En Costa Rica el diálogo negocia la rendición de los golpistas y el retorno a la democracia en Honduras, de otra forma el gobierno de facto solo busca ganar tiempo para perpetrar sus funestos planes.  

 www.cesarramirezcaralva.com

 

 

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