Caralvá
Aquella extrema crueldad de cientos de asesinatos a lo largo de la nación nos hizo reflexionar sobre el destino del pueblo salvadoreño, aún poseemos ese criterio intacto ante tanta maldad de estos años, pero recién unas semanas un acuerdo entre las pandillas ha dejado una sensación de cierto sentido de “paz” accesible, ¿pero qué sostiene esta plataforma entre facciones ilegales? En realidad no lo sabemos. Un documento que circula por diversas redes sociales no es suficiente, pero observamos acciones que van conformando un mapa de movimientos singulares: la movilización de líderes de estas bandas hacia penales de menor seguridad, un acuerdo entre ellos divulgado por diversos medios, el retiro del ejército de ciertas funciones de primera línea en los centros penales, mientras es notable la disminución el número de crímenes contra ciudadanos a nivel nacional; este escenario al menos comunica cierto optimismo puesto que un “alto” a los asesinatos es buena noticia, pero tiene un lado oscuro, la misma mano que ha dejado de apuntar hacia un sitio puede disparar hacia otro, del tiempo que dure este cese de fuego interpandillas no lo sabemos, pero la sociedad reclama conocer más, puesto que con la misma voluntad que se detuvo, un día puede iniciar de nuevo. Nuestra sociedad no puede moverse del temor al cinismo, como si nuestra nación aceptara unas reglas impuestas fuera del contexto constitucional. En realidad como ciudadanos debemos apoyar las grandes iniciativas hacia la unidad nacional para derrotar a la delincuencia, esa es la mejor bandera ahora y para la posteridad, en una palabra: las pandillas no deben existir más.
Junto al tema de la seguridad, existe el llamado del Primer Ciudadano de la República para unir a la nación contra la delincuencia, una acción oportuna, puesto que un solo sector no puede resolver esta problemática compleja, como lo es: el tejido del crimen organizado, narcotráfico, organizaciones de pandillas, asociaciones ilícitas etc. el resultado de ese llamado aún espera respuestas constructivas hacia la nación, de lo contrario si la iniciativa se convierte en banderas partidarias el resultado es tan pronosticable como la realidad que hemos vivido las últimas décadas, donde de la mano de la tristeza observamos el luto en la familia salvadoreña. ¿Por dónde empezar? la mejor respuesta es por la Clase Política Criolla, son ellos los llamado a mostrar el mejor signo ciudadano, de tal forma que después de las elecciones del 11 marzo de 2012, el escenario aritmético no es una figura determinante para encontrar las mejores soluciones entre los partidos políticos, puesto que se impone un acuerdo entre ARENA y FMLN para la elección de la futura Junta Directiva de la Asamblea Legislativa, además de la elección de personalidades para otras instancias. El llamado a la unión pasa por la Clase Política Criolla, debe demostrarnos su disposición a contribuir a la paz social, todo lo demás es adhesión de estos líderes sociales, ya veremos si nuestros votos cumplen su misión constitucional y ellos construyen “confianza” en nuestro futuro.
Construir confianza es compartir el liderazgo y la conducción en un proyecto, en nuestro caso de seguridad nacional.