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  • Relaciones: Estados Unidos – El Salvador 2014-2019

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    César Ramírez

     

    @caralvasalvador

     

    Nuestra naciente democracia permite la alternancia política que en esta ocasión iniciará un segundo mandato de un “gobierno de cambio”, este concepto relacionado a los veinte años de períodos conservadores. Si fijamos nuestra atención en el actual gobierno, las relaciones con EEUU han sido cordiales, se reanudó al TPS que permite a los salvadoreños un estatus de trabajo temporal beneficiando a miles de salvadoreños, se concluyó el Fomilenio I que permitió la construcción de carreteras, microempresas, avances en el desarrollo humano, una visión integradora territorial; en este período se recibió al presidente Obama, quién visitó catedral metropolitana y presentó sus respetos a la memoria de Monseñor Oscar Arnulfo Romero: “el más universal de los salvadoreños”; esa acción fue el mensaje de reconocimiento a la vigencia de los derechos humanos y los nuevos tiempos de paz social. Estados Unidos brindó apoyo a los modelos de seguridad, así como temas migratorios, de igual forma facilitó el combate al narcotráfico debido a la existencia de organizaciones criminales que irradian sus delitos desde Centroamérica hacia Norte América, similar escenario es lavado de dinero; ejemplar es el caso del expresidente de Guatemala Alfonso Portillo procesado en esa nación, por delitos contra el sistema financiero, un caso semejante al del expresidente Francisco Flores, sus acciones exceden al territorio nacional contaminando al sistema financiero internacional; de esta forma muchos de los temas entre nuestras naciones son: políticos, financieros, económicos, seguridad, militares etc., los cuales en este momento gozan de buena salud.

     

    El mensaje del 25 de marzo enviado por el Secretario de Estado John Kerry: “Felicitamos a Salvador Sánchez Cerén  por haber sido electo presidente de El Salvador. También queremos felicitar al pueblo salvadoreño por su participación en un proceso electoral que la misión de observadores de la Organización de los Estados Americanos describió como tranquilo y ordenado”… constituyen un nuevo capítulo en la consolidación de la democracia y el fortalecimiento institucional de nuestra República.

     

    En los próximos meses el horizonte social entre nuestras naciones tiene pendiente: el Asocio para el Crecimiento, el inicio del Fomileno II, renovación del TPS para nuestros compatriotas, ampliación de temas de cooperación en la política migratoria, inversiones internacionales, etc. Muchos de los objetivos nacionales, deben estar incluidos en una agenda de Racionalidad Política que nos permita proyectarnos en el tiempo para observar los resultados que nuestro pueblo merece. La democracia al menos demuestra que es la mejor elección para el desarrollo y la paz social. El pueblo norteamericano es igual al pueblo salvadoreño, nos une la visión por un mundo mejor que aún podemos construir; somos conscientes de nuestros límites, así como de nuestra modesta economía, al igual que todos los etcéteras de la historia del siglo pasado, no obstante es notable que la democracia funcione, así como la legalidad,  el fortalecimiento de la institucionalidad en sus mejores expresiones, nos permiten ser optimistas en este presente de excelentes relaciones con todos los pueblos del mundo.  www.cesarramirezcaralva.com

     

     

     

     

     

  • Racionalidad política en los tiempos del cambio

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    César Ramírez

    @caralvasalvador

     

    Helio Jaguaribe anotó en su artículo: Experiencias y perspectivas del desarrollo: “La racionalidad pública es la racionalidad de tipo instrumental y de tipo interaccional, con la cual son adoptadas decisiones públicamente relevantes.” En términos mínimos se refiere a la previsión a mediano o largo plazo de las decisiones que convienen a la nación, independiente de la ideología del gobierno y la parte interaccional a la legitimidad proveniente del respaldo democrático en eventos de alternancia política. Estos temas clásicos en algunas naciones están acompañada del concepto “sostenibilidad”, es sorprendente que nuestra nación carece de criterios o leyes que nos permitan una proyección de esta naturaleza.

    Las decisiones políticas relevantes son necesarias en temas como: energía, puertos y aeropuertos, política económica, seguridad, pensiones, leyes tributarias, políticas de endeudamiento, agricultura, etc.. ese mosaico de administración pública que nos interesa.

    Si el evento electoral ha demostrado una profunda división ideológica, la realidad nacional debe ser el argumento que permita la UNIDAD NACiONAL  hacia las soluciones que nos interesan a todos y todas, debido a que muchos proyectos como el Fomilenio II abarcan más de un lustro, así como las políticas de endeudamiento, las reformas tributarias, pensiones etc.. Hablamos de nación, no de partidos políticos.

    El desafío es lograr la continuidad de los proyectos iniciados con una visión estratégica, la cual permita resultados verificables y avances significativos, en áreas como el desarrollo humano, educación, nivel de vida, salud, infraestructura que no se interrumpan por el cambio de una administración partidaria.

    En democracia este ejercicio de proyección fortalecería la prevención de desastres naturales, así como problemas de seguridad y otros que son previsibles, no obstante se requiere de mínimos acuerdos entre adversarios políticos, así como los sectores de la sociedad civil y política, la exposición de estos conceptos no es “retórica política”, sino realidades que otras naciones donde las instituciones prevalecen sobre criterios políticos, como centros de investigación para el desarrollo.

    La gobernabilidad tiene varios puntos de encuentro con los conceptos mencionados, puesto que el desarrollo social y económico de nuestra nación, requiere de un esfuerzo de varias décadas. Nuestra nación merece una continuidad de proyectos más allá de una administración.

    La ausencia de Racionalidad Pública ha significado bajo crecimiento económico, educativo, etc.. La Racionalidad Pública en la agenda nacional, nos conducirá hacia una democracia superior, así como a solucionar las diferencias en un clima con resultados sociales, sin autoritarismo, con entendimientos favorables a las poblaciones que más sufren el desarrollo desigual.

    www.cesarramirezcaralva.com

     

     

     

  • ¿Delito político?

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    César Ramírez

     

    @caralvasalvador

     

    El domingo 9 de marzo mientras el Tribunal Supremo Electoral comunicaba los resultados en “tiempo real”  y el FMLN ampliaba la brecha irreversible de votos a su favor, el candidato del partido opositor afirmó en transmisión por televisión: “no nos van a robar esta victoria… Vamos a luchar si es preciso con nuestras vidas (…) nuestra Fuerza Armada está pendiente de este fraude que están fraguando. No pueden jugar con la voluntad popular”… pero este evento no terminó en esas palabras, minutos después sus dirigentes movilizaron a sus correligionarios hacia la sede del TSE protestando contra irregularidades inexistentes. Las palabras que connotan un llamado a la Fuerza Armada, podrían calificarse de Sedición: “Alzamiento colectivo y violento contra la autoridad, el orden público o la disciplina militar sin llegar a la gravedad de la rebelión” – (DUC- Enc.- pág 1472), no obstante si toda persona es libre constitucionalmente a expresarse, art. 6 constitucional (Inc. 1): “Toda persona puede expresar y difundir libremente sus pensamientos siempre que no subvierta el orden público, ni lesione la moral, el honor, ni vida privada de los demás. El ejercicio de este derecho no estará sujeto a previo examen, censura ni caución; pero los que haciendo uso de él infrinjan las leyes, responderán por el delito que cometan”.  En ese ejercicio el 10MAR014 grupos opositores realizan actos políticos frente a la Fiscalía General de la República y el 11MAR014 con proclamas y cantos incitan a la violencia frente a la sede donde se efectúa el escrutinio final, éste último evento es preocupante, parece un intento de impedir la institucional electoral. En el artículo 29 de la Constitución: “En casos de guerra, invasión del territorio, rebelión, sedición, catástrofe, epidemia u otra calamidad general, o de graves perturbaciones del orden público, podrán suspenderse  las garantías establecidas en los artículos 5, 6 inciso primero, 7 inciso primero y 24 de esta Constitución, excepto cuando se trate de reuniones o asociaciones con fines religiosos, culturales, económicos o deportivos. Tal suspensión  podrá afectar la totalidad o parte del territorio de la República, y se hará por medio de decreto del Órgano Legislativo o del Órgano Ejecutivo en su caso.”  Me parece que  los hechos configuran, un llamado a la ruptura institucional, una condición desesperada y de poca madurez de una dirigencia política frente a una derrota anunciada. La institucionalidad debe funcionar, en democracia la minoría (aunque sea por un voto de diferencia) debe someterse a la mayoría (en esta caso por miles), ese es el juego político del Siglo XXI, ¿Por qué llamar a la sedición en tiempos democráticos?... el FMLN perdió cuatro elecciones presidenciales consecutivas, en ninguna se llamó a la sedición.  En menos de 12 meses se realizarán nuevas elecciones municipales y legislativas,  será un nuevo escenario para reivindicar banderas y opciones,  el camino es mantener la serenidad, evitar el derramamiento de sangre, avanzar hacia la paz e institucionalidad. La justicia electoral debe  imponerse en democracia. www.cesarramirezcaralva

     

     

     

     

  • El llamado del presente

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    César Ramírez

     

    @caralvasalvador

     

     

     

    Existe la realidad fuera de la fantasía que venden los políticos que llaman al retorno de “su pasado”… es la realidad del trabajo, la vida cotidiana, la sociedad que se levanta de su postración y recobra su dignidad, el sentido de la nacionalidad, la historia, sus hombres y mujeres valientes, dignificados en sus propias vidas cuando se les otorga su derecho a la voz, la  tierra y sus productos. La presente campaña electoral demostró la mentira sistemática con el único objetivo de ganar unos cuantos votos, se vendió temor, encuestas amañadas, programas informativos, efectos visuales, coloridas vallas llenas de insultos, coros de personas asumiendo presuntos cargos de un imaginario gobierno sin gobierno real, voceros internacionales proclamando la violencia de naciones lejanas, viejos pánicos militares proclamando “el fin del mundo” si pierde su partido, organismos de inteligencia ilegales que destilaron infundios similares a la propaganda nazi en sus mejores momentos, inventos mediáticos de un Ferrari California 2014, que en cuestión de horas se convierte en centro de la campaña presidencial, actos en franca manipulación mediática y especulativa, etc. La miseria de estos eventos es la implicación de personas que interceden  por este modelo decadente, son personas visibles, que no dudan en disparar su odio sin medir las consecuencias de sus actos. La realidad fuera de este siniestro panorama es nuestro trabajo, la familia, la alegría que las otorga la legalidad, el funcionamiento de las instituciones, la justicia, el signo de libertad de ejercer la ciudadanía, donde a pesar de los límites compartimos la esperanza de una sociedad salvadoreña más incluyente. Generaciones de salvadoreños no conocieron más que la visión autoritaria, la negación de los derechos políticos engendró la guerra civil, afortunadamente la paz de 1992 ha permitido disfrutar de la alternancia del poder ejecutivo, condición inédita que ahora tiene sus frutos cotidianos.

     

    La principal bandera del temor cae a pedazos, los argumentos apocalípticos están en bancarrota, los infundios no resisten el examen del tiempo, todo su sistema de divulgación tendencioso perdió sentido al no comprender que la sociedad salvadoreña tiene inteligencia, conoce la historia, diferencia el engaño de la corrupción en manos de un expresidente que huye de la justicia como cualquier delincuente, diferencia la opresión de la dignidad, identifica los nuevos valores del trabajo en una realidad que reconoce el esfuerzo, porque el pueblo salvadoreño ha perdido el temor y ha ganado la dignidad con sus luchas históricas. El próximo domingo 9 de marzo, “el llamado del presente”: significa continuar con esta realidad de transformación social y justicia, trabajar en democracia, construir “ahora” la respuesta al pasado opresivo, ese pretérito excluyente e indignante de antiguos gobiernos llenos de privilegios para sus amigos, gobiernos llenos de corrupción que se apropian del dinero del pueblo. El domingo, tomaré una bandera y asistiré a la plaza llena de color rojo, para salir del pasado y entrar a la esperanza, también extenderé mi saludo de amistad a todos los que no piensa como yo, a fin de cuentas ésta es la nación que amamos.

     

    www.cesarramirezcaralva.com

     

     

     

     Publicado en Diario Colatino 06MAR014